El Sindicato Independiente de Correos y Telégrafos (SIPCTE) ha presentado una denuncia ante la Inspección de Trabajo tras un episodio que pone en cuestión la seguridad laboral y la forma de organizar el trabajo en la Unidad de Reparto nº2 de Almería.
Durante dos días consecutivos, una trabajadora con restricciones médicas oficialmente comunicadas a la empresa fue obligada a realizar descarga de camiones, arrastre de jaulas y manipulación de peso, a pesar de que estas tareas eran incompatibles con sus limitaciones.
Según ha denunciado la empleada, recibió incluso presiones verbales para aceptar estas tareas, lo que la llevó a cumplir órdenes que podían poner en riesgo su salud por miedo a las posibles consecuencias. SIPCTE considera inaceptable que una trabajadora vulnerable se vea forzada a asumir funciones que podrían haber terminado en un accidente.
Estos hechos forman parte de una práctica organizativa que SIPCTE viene denunciando desde hace tiempo: a las 8 de la mañana, la unidad queda prácticamente vacía porque los carteros son enviados a repartir de manera precipitada, incluso a riesgo de molestar a los vecinos a esas horas.
Esa decisión deja las tareas más duras del turno como la descarga de camiones a merced de quien permanece dentro. En este caso, la única persona que no podía hacerlas era precisamente quien tuvo que asumirlas.
Una organización del trabajo caótica que no solo es ineficiente: es peligrosa.
Tras la intervención de SIPCTE, la empresa rectificó inmediatamente y retiró la orden, lo que confirma la improcedencia de lo ocurrido. Pero una rectificación puntual no soluciona el problema de fondo.
Por ello, SIPCTE ha pedido a la Inspección de Trabajo:
- Que investigue los hechos.
- Que identifique a los responsables.
- Que obligue a Correos a implantar un protocolo real para proteger a trabajadores con limitaciones médicas.
Que se garantice que ningún trabajador o trabajadora será presionado o colocado en una situación similar.
Desde SIPCTE lo decimos claro:
No vamos a permitir que se vuelva a poner en riesgo a ningún trabajador.
La UR2 arrastra una falta de personal insostenible, y esa mala organización acaba cargándose sobre quien menos puede.
Lo que ha pasado no puede repetirse.
Aquí se va a exigir responsabilidad, porque la salud de la plantilla no se negocia.
