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La democracia participativa

Carlos Javier López Martín es Coordinador Almerienses Almería Capital       

El pasado 27 de septiembre los afiliados del grupo político “Almerienses “ celebramos nuestro esperado congreso general. Se trataba de definir lo que somos y lo que pretendemos conseguir en el panorama político almeriense.

     Tras una mañana de intenso y fructífero debate llegamos a muchas conclusiones y acuerdos.

     En primer lugar, que somos un partido con clara vocación regional. Nuestro espacio es, fundamentalmente,  la provincia y los municipios de Almería.  Frente al abandono institucional padecido por nuestra tierra desde hace, no años, sino siglos, nuestra agrupación pretende reivindicar nuestra posición igualitaria con todos los demás territorios de España y de Andalucía. No nos resignamos a seguir siendo una isla peninsular. Somos conscientes de que hemos nacido con la vocación clara y sincera de servir a nuestra tierra y devolverle la dignidad que los grandes partidos nacionales nos han negado sistemáticamente.

      Y es que también tenemos claro que no nacemos con enemigos contra los que luchar. La sociedad actual está claramente crispada, polarizada, y somos conscientes de que la causa de esta sórdida situación es el bipartidismo.  Nuestro enemigo no es Andalucía, ni España,  ni Europa.  Nuestros principales obstáculos (no enemigos) son esos partidos convertidos en unas superestructuras que defienden principalmente sus propios intereses frente a los de los ciudadanos. Aspiramos a llegar a esas instituciones (local, autonómica y nacional) con la intención de defender en esos centros de poder los intereses de nuestra tierra, pero con la premisa de saber que nuestro lugar de acción natural son los municipios y la diputación almeriense. No pretendemos en ningún caso una supuesta independencia como algunos nos han llegado a achacar. Queremos despolitizar la sociedad, suavizar la tensión social, acercar la administración a los ciudadanos y luchar siempre por el interés de nuestros paisanos y nuestra tierra.

     En mi caso, como coordinador local de nuestra agrupación en la capital almeriense tengo muy nítidos nuestros objetivos. 

      En primer lugar debemos fomentar la democracia participativa o deliberativa.  Nuestra constitución la consagra en los artículos 9 y 23, pero la realidad es que apenas tiene presencia en nuestro país.  Que quede claro: lo que tenemos es una partitocracia.  Los grandes partidos han creado un sistema clientelar de políticos profesionales que defienden claramente sus propias estrategias e intereses. Creo firmemente que es posible implementar procesos de participación de los ciudadanos en la toma de las grandes decisiones de nuestros municipios y de la provincia. Si lo hacen en Suiza, Bélgica,  Canadá,  Australia y en tantos otros lugares, ¿por qué aquí no? Se trata de implicar al contribuyente en la gestión de su tierra, instaurando mecanismos de democracia real. La ley 19/2013, de transparencia y buen gobierno permite que se utilicen con asiduidad y normalidad mecanismos de participación de los ciudadanos en la toma de decisiones,  especialmente a nivel local y provincial, garantizando la transparencia de la actividad administrativa y política. Por otro lado, la ley 7/2017, de participación ciudadana de Andalucía surgió como respuesta directa a esos dos preceptos constitucionales, claves en esa idea de participación ciudadana. Y es que echar una papeleta en una urna cada cuatro años para legitimar la lista cerrada de un partido no es sino un simulacro de democracia. Se debe preguntar al ciudadano su opinión sobre las cuestiones trascendentales del municipio y de la provincia, y tomar decisiones entre todos. Repito: el sistema que tenemos actualmente es, simple y llanamente, una partitocracia, un sistema instaurado para legitimar los intereses,  muchas veces espureos,  de los grandes partidos políticos.

     En cuanto a nuestra ciudad, y teniendo siempre presente esa idea de democracia participativa,  tengo muy presentes cuales son nuestros grandes desafíos: la limpieza (es indignante el grado de suciedad que soportamos los almerienses), las comunicaciones (nefastas, propias de territorios subdesarrollados),  el fomento y cuidado de nuestros signos de identidad  como son el centro histórico, la molineta, el paseo marítimo, los barrios periféricos (la Cañada, el Alquián, costacabana,  Cabo de Gata, Castell del Rey, Venta Gaspar, Loma Cabrera…), los caminos rurales, las zonas verdes (necesitamos muchos más árboles), el transporte público (más eficiente y que sea una opción prioritaria para los ciudadanos), el turismo, el apoyo a los emprendedores, el desarrollo de la zona influida por la Alcazaba y la inclusión de esta dentro del patrimonio mundial de la Unesco, la mejora de todos los colegios e institutos… Debemos apoyar a las asociaciones vecinales, rescatar la figura del alcalde de barrio, eliminar la clientelar figura del asesor, reducir los impuestos municipales y, como ya he dicho, despolitizar nuestro territorio. A la política se viene a servir, no a vivir de ella. No es una profesión. No es defendible que haya personas viviendo de un cargo público durante lustros o e incluso décadas.

      Hay mucho por hacer. Pero nuestra agrupación tiene ilusión,  motivación y claridad de ideas. Queremos contar con la colaboración de los almerienses, renovar la política constantemente y hacer de Almería un lugar más habitable y digno. Tenemos las puertas de nuestra agrupación abiertas a todos los que crean que tienen algo que aportar.

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