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La cantaora Lela Soto presentó anoche en el Apolo sus credenciales para ser figura del cante de largo recorrido

Digna heredera de la ‘Casa de los Sordera’, presentó los temas de su último disco ‘El fuego que llevo dentro’, apegados a los patrones clásicos del cante pero con libertad creativa

Con un Teatro Apolo casi hasta la bandera, la joven cantaora Lela Soto brindó anoche un sobresaliente recital flamenco presentando su último disco ‘El fuego que llevo dentro’. Un álbum en el que, como en la actuación de anoche, demuestra que sigue manteniendo la sabiduría y solera de una saga familiar de postín como los Sordera, pero también una mirada inquieta, más grácil a la hora de los fraseos. Todo ello acompañada ayer sobre las tablas por un inspirado y versátil Rubén Martínez a la guitarra y con Reyes y Juana a las palmas. La propuesta formaba parte de la exitosa programación de otoño puesta en marcha por el Área de Cultura del Ayuntamiento de Almería, que ha arrancado llenando Auditorio y Apolo con cada una de las convocatorias.

“Estoy dichosa de venir a esta tierra donde se ha tratado siempre con mucho amor a mi padre, a mi abuelo, a toda mi familia. Para nosotros es como estar en casa”, compartía Lela Soto después de cantar a pie un martinete con todas las de la ley. A través de ligereza que otorga el ceñirse al metraje del formato canción, la cantaora tocó casi una decena de palos a lo largo de su actuación.

Siguió por malagueñas en ‘A mi pare Manuel’, ofreció una preciosista “soleá moderna, con letra de mi tío Sorderita del que me encanta su sensibilidad” en ‘Inaccesible’ y bordó a la perfección los tientos ‘Andando por tu cuerpo’, brillando por igual en el soniquete a compás como en las partes bregadas. Antes de cruzar el ecuador del recital, se sumaron al escenario “parte de mis niñas”, con Reyes y Juana a las palmas en una tanda tangos.

Tras un pequeño descanso para ella, con el que el público disfrutó de una tanda de falsetas creativas por bulerías de Rubén Martínez, Lela Soto volvió a las tablas para subir todavía más el nivel. La soleá por bulerías es el cante por excelencia de la ‘casa Sordera’ y la cantaora garantiza la continuidad de la magistratura con un derroche sencillamente espectacular, despertando una de las ovaciones más cerradas de la noche.

Con todo ya ganado, Lela Soto y Rubén Martínez ‘se atrevieron’ a interpretar unas alegrías todavía en fase de construcción, también de Sorderita, le dedicó las seguiriyas ‘No encuentro a la calma’ a su familiar la Pompi, hermana del Niño Gloria, para lo que contó con la colaboración del guitarrista almeriense José del Tomate, “somos, por ahora, los últimos de una larga saga y hemos compartido muchas cosas, para mí es un regalo contar con él cada vez que se lo pido”, y cerró con unas festivas ‘Bulerías de mi casa’, que acabaría bailando a pie de escenario rememorando el clásico de ‘Trinidad’.

Lela Soto, nieta del mítico Manuel Soto ‘Sordera’ e hija de Vicente Soto ‘Sordera’—, ha sabido encontrar un estilo propio que aúna la pureza del cante jondo con las sonoridades más actuales. Su paso por escenarios y festivales de todo el país, entre los que se encuentra Almería, donde ha actuado tanto en el Festival de Flamenco y Danza como en algunas zambombas flamencas, ha consolidado su nombre como una de las voces femeninas más respetadas y buscadas del panorama. Anoche presentó las credenciales más firmes para ser figura del cante de largo recorrido.

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