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El Club de Malasmadres llenó ayer el Auditorio con un mensaje urgente sobre corresponsabilidad y salud mental femenina

Laura Baena capitaneó la grabación con público de dos podcasts junto a Silvia Congost y Alberto Soler, con el objetivo de despertar conciencias y con todas las invitaciones agotadas

El Auditorio Municipal Maestro Padilla colgó ayer el cartel de ‘localidades agotadas’ con el encuentro del Club de Malasmadres, una comunidad de mujeres referente a nivel nacional, liderada por Laura Baena Fernández, fundadora del club y promotora incansable de un movimiento social que busca poner en el centro los cuidados y el reparto justo de las responsabilidades familiares. La cita, en la que se grabaron dos podcast en directo con el público, se incluía dentro de la programación de otoño del Área de Cultura del Ayuntamiento de Almería.

Bajo el título ‘Compartir para cuidar. Hablemos de Corresponsabilidad’, se grabaron sendos podcasts dirigidos por Laura Baena, que entrevistó a dos voces destacadas en el ámbito de las emociones y la psicología: la terapeuta y experta en relaciones Silvia Congost, y el psicólogo y divulgador Alberto Soler. Con un enfoque cercano, claro y valiente, Laura condujo ambos diálogos con el objetivo de generar conciencia social sobre la carga mental y física de las tareas del hogar que muchas mujeres siguen asumiendo en soledad en muchos casos.

Antes de comenzar la grabación, Laura Baena compartió un dato revelador: el 73% de las mujeres reconoce sufrir agotamiento y carga mental invisible al asumir en solitario las tareas del hogar y el cuidado de los hijos. Una cifra que marcó el tono del encuentro y que puso sobre la mesa la necesidad urgente de visibilizar este problema estructural. Ya durante el desarrollo de los podcasts, la fundadora del club reflexionó sobre cómo, a pesar del avance en muchos ámbitos, solo el 12% de las mujeres declara compartir realmente las responsabilidades con su pareja, y señaló que la corresponsabilidad sigue estando lejos de ser una realidad equitativa en la mayoría de los hogares.

Baena explicó que cuando se habla de corresponsabilidad muchos hombres se sienten incómodos al percibir que aún están lejos de asumirla plenamente. También destacó que la mayoría de las mujeres están mentalmente agotadas por la carga de hijos y tareas domésticas, y que la corresponsabilidad es esencial para que la maternidad no suponga una renuncia constante.

Silvia Congost, psicóloga y experta en relaciones, señaló que la falta de reparto equitativo de responsabilidades provoca desgaste, resentimiento y distancia emocional en la pareja. Afirmó que muchas relaciones se deterioran porque las mujeres piden constantemente colaboración, pero no son escuchadas, lo que genera un ciclo de frustración y agotamiento para ambas partes. Subrayó que una forma de romper ese ciclo pasa por que la mujer deje espacio al otro para que asuma sus responsabilidades, aunque al principio no lo haga como ella lo haría. “Hay que sentarse a hablar, expresar lo que una necesita y confiar en que la otra persona también puede responsabilizarse y formar parte activa del cuidado y del hogar”, explicó.

Además, Congost hizo hincapié en que la falta de comunicación y de conciencia sobre cómo tratarnos mejor a nosotras mismas y cuidarnos de otra forma está en la raíz de muchos de estos problemas. “Por ahí se tiene que empezar”, afirmó, reivindicando un cambio que también pasa por el autocuidado, el respeto propio y la reconstrucción de la relación desde un lugar más saludable y justo para ambas partes.

Alberto Soler, psicólogo y divulgador, destacó la necesidad de romper con las dinámicas heredadas y verbalizar aquello que no funciona en la vida familiar. Explicó que el cambio se produce cuando los hijos observan a los padres practicar la corresponsabilidad y confió en que los nuevos modelos de paternidad, junto al esfuerzo consciente de hombres y mujeres, permitirán construir relaciones más equitativas y sostenibles.

Uno de los gestos más simbólicos de la jornada fue la iniciativa de Laura Baena, que escondió cien libros titulados “Yo no Renuncio” escrito por ella,  entre las butacas del Auditorio, repartidos de forma aleatoria entre los asientos del público. Una acción pensada para invitar a la reflexión individual a través de la lectura y para seguir sembrando el mensaje de este movimiento más allá del evento.

El ambiente tras la grabación fue de emoción, gratitud y, sobre todo, de toma de conciencia colectiva. Muchas de las asistentes, en su mayoría mujeres, expresaron su satisfacción al salir del Auditorio, afirmando que habían abierto los ojos ante una realidad que muchas veces se normaliza. “Ha sido muy ilustrativo y muy reivindicativo, necesario para despertar”, comentaban algunas.

La reflexión más compartida fue la importancia de hablar de esta carga mental no solo dentro del hogar, sino también fuera de él, para sentirse escuchadas y entendidas, y dejar de vivir en soledad un problema que muchas mujeres comparten. Como señaló Alberto Soler en el cierre del encuentro, el cambio empieza por dar ejemplo en casa, día a día, y con voluntad de transformación. Aunque aún queda mucho por hacer, las nuevas generaciones ya están creciendo en hogares donde se ven modelos de corresponsabilidad reales, y serán ellos quienes, con el tiempo, consoliden ese cambio.

La grabación de estos episodios ha buscado sensibilizar a la ciudadanía sobre la importancia de repartir las responsabilidades de manera justa, reforzando la salud emocional de la pareja y el bienestar de toda la familia. Con este acto, el Club de Malasmadres continúa su labor de concienciación, visibilidad y transformación social, en una jornada que ha convertido al Auditorio Municipal Maestro Padilla en un espacio de escucha, reflexión y conversación compartida.

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