Los dispositivos electrónicos que utilizamos a diario serán más eficientes desde el punto de vista energético, menos perjudiciales para el medio ambiente y más fáciles de usar para los consumidores tras la adopción hoy por parte de la Comisión de la actualización de los requisitos de diseño ecológico aplicables a fuentes de alimentación externas (FAE). Esta iniciativa forma parte de los esfuerzos de la UE por conseguir un cargador común para dispositivos electrónicos.
Estas nuevas disposiciones darán lugar a normas de eficiencia energética más estrictas y a una mayor interoperabilidad (por ejemplo, puertos USB tipo C obligatorios para todos los cargadores USB) en dispositivos como ordenadores portátiles, teléfonos inteligentes, rúteres inalámbricos y monitores de ordenador. Se espera que los cambios generen un ahorro anual de alrededor del 3 % del consumo de energía del ciclo de vida de las FAE de aquí a 2035, reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero en un 9 % y las emisiones contaminantes en un 13 %. Para los consumidores, esto supone un ahorro potencial de aproximadamente 100 millones de euros al año.
Además, un nuevo «logotipo del cargador común de la UE» ayudará a los consumidores a identificar dispositivos compatibles y a tomar decisiones con conocimiento de causa. Esta iniciativa se basa en los esfuerzos anteriores para normalizar los puertos de carga y las tecnologías para dispositivos electrónicos, como parte de la revisión de la Directiva sobre equipos radioeléctricos. Las normas entrarán en vigor a finales de 2028, por lo que los fabricantes tendrán tres años para prepararse y adecuarse a los cambios.
El comisario de Energía y Vivienda, Dan Jørgensen, ha declarado: «Tener cargadores comunes para nuestros teléfonos inteligentes, ordenadores portátiles y otros dispositivos que utilizamos todos los días es una medida inteligente que antepone los intereses de los consumidores al tiempo que reduce el desperdicio de energía y las emisiones. El cambio práctico que introducimos hoy en las fuentes de alimentación externas ayudará a los europeos a ahorrar dinero, reducir nuestro impacto ambiental y demostrar que la innovación puede impulsar tanto el progreso como la responsabilidad. Con esta iniciativa, la UE pretende configurar un futuro en el que la tecnología redunde en beneficio de todos y del planeta».
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