La doctora Marina Rodríguez Martín, dermatóloga con más de 20 años de experiencia, comparecerá mañana en un juicio mercantil tras haber sido denunciada por un enfermero estético por presunta competencia desleal. ¿El motivo? Haber compartido de forma pública una sentencia del Tribunal Superior de Justicia que confirma que los tratamientos médico-estéticos son competencia exclusiva del personal médico.
Este juicio no es solo una causa personal, es una batalla judicial por la legalidad, la ética y la protección del pacientefrente al creciente intrusismo en el ámbito estético.
Tras visibilizar esta realidad, la doctora fue víctima de una campaña de acoso y amenazas, tanto digitales como presenciales, que incluyó la recepción coordinada de varios burofaxes intimidatorios enviados por profesionales no cualificados con prácticas ilegales en Tenerife exigiendo su silencio público.
“No me mueve en absoluto el interés comercial. Estas personas que ejercen en la ilegalidad y yo jugamos en ligas diferentes. Me mueve la ética profesional, el respeto por mi profesión y la protección de los pacientes. Mi deber profesional, ético y moral es advertir a la población de prácticas médicas ilegales que pueden dañar su salud. Por mucho que intenten silenciarme, seguiré cumpliendo con mi deber como médico”, afirma la doctora.

Este caso puede marcar un antes y un después en la lucha contra el intrusismo sanitario en Canarias y en España. Se convoca a los medios a cubrir el juicio y dar visibilidad a una situación que afecta a miles de pacientes, generando consecuencias en muchas ocasiones irreversibles para su salud y que pone en jaque la seguridad en la medicina estética.