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Las termitas subterráneas afectan al 80% de los  municipios en Andalucía, poniendo en riesgo el  patrimonio público y privado 

La prestigiosa revista científica Journal of Economic Entomology ha publicado los resultados de un  estudio liderado por David Mora, Product Manager en Anticimex, y David Hernández-Teixidor,  investigador del IPNA-CSIC, que demuestra que es posible erradicar las termitas subterráneas en  cascos urbanos y mantener esas zonas libres de termitas durante años. 

Anticimex llevó a cabo varios tratamientos para el control de termitas subterráneas de la especie  Reticulitermes grassei en los cascos urbanos de Íllora (Granada), Estepa (Sevilla), Aguadulce  (Sevilla), Benamejí (Córdoba) y también en Azkoitia (Guipúzcoa), instalando sistemas de cebo con  hexaflumurón al 0,5%. El estudio confirma que, después del tratamiento realizado, estos cascos  urbanos llevan ya más de 20 años sin termitas subterráneas. 

Las termitas subterráneas representan una gran amenaza para el patrimonio arquitectónico  público y privado en nuestro país, ya que están presentes en el 80% de municipios causando graves  desperfectos y afectando seriamente a elementos estructurales de madera. 

Las termitas subterráneas, insectos sociales que se alimentan de madera y otros materiales  orgánicos, representan una grave amenaza en Andalucía, donde están presentes en el 80% de los municipios. Su  actividad destructiva pone en riesgo el patrimonio público y privado, afectando tanto edificios históricos y construcciones emblemáticas, como a la seguridad de las viviendas al dañar estructuras de madera y provocar serios  problemas estructurales. Ante esta situación, un estudio pionero publicado en la prestigiosa Journal of Economic  Entomology de la Entomological Society of America ha demostrado la eficacia de un tratamiento capaz de erradicar  estas plagas en grandes áreas urbanas y mantener estas zonas sin termitas subterráneas durante un gran periodo de  tiempo, ofreciendo una solución innovadora y sostenible para frenar su impacto y proteger el patrimonio y la seguridad  de los edificios. 

El estudio, liderado por David Mora, Product Manager en Anticimex, y David Hernández-Teixidor, investigador del  IPNA-CSIC, se basa en el seguimiento a largo plazo de los tratamientos aplicados en Íllora (Granada), Estepa (Sevilla),  Aguadulce (Sevilla), Benamejí (Córdoba) y también en Azkoitia (Guipúzcoa). En estos municipios, Anticimex instaló  sistemas de cebo con hexaflumurón al 0,5%, logrando eliminar todas las colonias de termitas. El hexaflumurón es un  termiticida que actúa como regulador del crecimiento en termitas. Las termitas al ingerir este compuesto no pueden  formar correctamente su exoesqueleto durante la muda, lo que provoca su muerte.  

Más de dos décadas después, los resultados confirman la erradicación total de la plaga, consolidando este tratamiento  como una solución efectiva y sostenible para la protección del patrimonio arquitectónico en entornos urbanos. 

El total del área de tratamiento ascendió a 396.500 m2, en los cuales, entre los años 2004 y 2009, se trataron 455  viviendas afectadas por las termitas, muchas de ellas con elementos estructurales de madera, y utilizando en el  tratamiento como promedio tan solo 0,00176 gramos de hexaflumurón/m2. Con estos tratamientos se ha conseguido  dar protección a un total de 3.186 propiedades ubicadas en 1.038.000 m2. 

Tal como explica David Mora, Product Manager en Anticimex: “La publicación de este estudio en la prestigiosa Journal  of Economic Entomology confirma la calidad de los trabajos realizados por Anticimex, y nos respalda  internacionalmente, posicionando a España como un referente en el control de termitas subterráneas en cascos  urbanos. Hemos demostrado que la gestión a gran escala de estas poblaciones se ha completado con éxito en nuestro  país, más de dos décadas después se ha constatado la eficacia del tratamiento realizado, logrando espacios libres de  termitas”. 

La proliferación de termitas subterráneas en entornos urbanos ha convertido esta plaga en un problema de interés  público en España, ya que su actividad no se limita a propiedades privadas, sino que se extiende por el subsuelo,  afectando a múltiples edificaciones dentro de una misma área. Dado su impacto, las administraciones públicas desempeñan un papel clave en su gestión y control, ya que, en muchos casos, la intervención requiere coordinación  municipal y el cumplimiento de normativas específicas. 

Para hacer frente a este desafío, la norma UNE 56418:2016 de AENOR establece un protocolo de intervención dirigido  a los ayuntamientos, proporcionando directrices para la detección, evaluación y erradicación de estas plagas en áreas  urbanas en donde ocupan espacio público y privado. Este protocolo permite una respuesta coordinada y efectiva para  proteger tanto la seguridad de las viviendas como la conservación del patrimonio arquitectónico. 

Las plagas de termitas subterráneas generaron un impacto económico estimado de 32.000 millones de dólares en  todo el mundo en el año 2010, según un estudio de Rust y Su de 2012, unas cifras que siguen aumentado con el paso  de los años, existiendo una creciente preocupación por su expansión. 

El protocolo de Anticimex comenzó con un estudio inicial para identificar la presencia de termitas, seguido de un  tratamiento con sistemas de cebos con hexaflumurón al 0,5 % y un programa de seguimiento posterior durante cinco  años. Los resultados demostraron la eliminación total de todas las colonias detectadas en áreas urbanas de entre  23.000 y 170.500 m². Este éxito se logró con una cantidad mínima de producto y en un tiempo promedio de menos de  un año, tanto en el norte como en el sur de la península ibérica. 

Las termitas en España han de ser reconocidas como plaga urbana, dado que residen bajo el suelo, mediante el cual  se expanden y acceden a las estructuras de madera de las edificaciones públicas y privadas. Su completa eliminación  sólo es posible a través de una intervención a nivel global con la implicación de la administración pública. 

Cómo identificar la presencia de termitas 

Las termitas muchas veces son una plaga difícil de detectar porque no dañan la superficie de la madera y no hacen  ningún tipo de ruido. A pesar de ello, os dejamos algunos signos de alarma: 

1. Presencia en primavera de enjambres de termitas alados. 

2. Presencia de tubos de barro en las paredes o colgando de las vigas de madera. 

3. Ondulaciones en la pintura que recubre los elementos de madera, sobre las que si presionamos observaremos  que se hunden. 

Las plagas de termitas, por tanto, constituyen una problemática que cuesta erradicar. Por ello, es fundamental contar  con el apoyo de técnicos especialistas en el control de estos insectos, que disponen del conocimiento e innovadores  sistemas que priman la sostenibilidad, y que garantizan el bienestar y la salud tanto de las personas como del entorno,  actuando únicamente sobre la plaga diana. 

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