POR: DR. JOSE MARIA MANUEL GARCIA-OSUNA Y RODRIGUEZ.
-Académico-Correspondiente de la Real Academia de Medicina de Asturias (año-2013). RAMPA. IDE.
-Cofrade de Número de la Imperial Cofradía de Alfonso VII el Emperador de León y el Pendón de Baeza. (Creación año-1147) (año-2011).
-Académico-Correspondiente de la Real Academia de Medicina de Castilla-La Mancha (año-2023).
-Socio de Número de la Asociación Española de Médicos Escritores y Artistas. ASEMEYA (año-2011).
-Doctor en Medicina y Cirugía-“La Medicina en el Antiguo Egipto y Dioscórides” (año-2024).
-Socio de Número de la Asociación de Hispanistas del BeNeLux (año-2021).
-Historiador de HISTORIA-16 (año-2007).
-De la Asociación Hispania Nostra (año-2016).
-Asesor de la Asociación Cultural Reinos de España (FEAH) (año-2018).
-De la Asociación Cultural Divulgadores de la Historia (año-2023).
-Académico-Correspondiente del Instituto de Estudios Históricos Bances y Valdés (año-2016).
-Asociación Cultural de Estudios Leoneses. (año-2023).
-Organización Socio-Política Conceyu País Llionés (año-2024).
-PRÓLOGO.
De nuevo me aproximo a otro momento en la vida terrenal del Hijo de Dios, Jesucristo, dentro la página dedicada en LA GACETA DE ALMERÍA, a Personajes de la Historia. Estimo, modestamente, que existe un importante desconocimiento sobre la religión católica en las Españas, pueblo muy vinculado al cristianismo, mayoritariamente católico o universal, la religión que más se aproxima a la verdadera.
En este presente trabajo dedico mi análisis al tiempo transcurrido desde la muerte del autócrata y crudelísimo Herodes I “el Grande”, hasta el comienzo de la vida pública de Cristo. Son esos años, muy dilatados, de su formación nazarena, esa ciudad de la región de la Galilea de donde provenía su familia, y a la que regresaron tras la nacencia belenística del Niño-Dios.
En ella vivirá y se irá formando en todos los aspectos de la vida, para poder luego, predicar por todo el territorio israelita, la Buena Nueva del Evangelio. Esta época es crucial, ya que da la impresión de que su infancia no sería de destacar entre sus paisanos, porque cuando llegue el momento de ir a predicar en su Sinagoga producirá un auténtico motín.

-HERODES ANTIPAS-
I.-LOS COMIENZOS NAZARITAS.
Cuando muera el Tetrarca Herodes I “el Grande” [Idumea, 73-74 a.C.-TETRARCA DE JUDEA, GALILEA, SAMARÍA E IDUMEA entre 37 a.C. y Jericó/Judea, 4 a.C.], pasará todavía un poco de tiempo antes de que la Sagrada Familia regrese a Nazaret.
«Y él, levantándose, tomó consigo al niño y a su madre y regresó a la tierra de Israel. Pero tuvo miedo de ir allí; y, divinamente advertido en sueños, se retiró a la región de Galilea y fue a establecerse en una ciudad que se llama Nazaret, a fin de que se cumpliese cuanto había sido dicho por medio de los profetas: “Será llamado Nazareno”». (Mateo 2, 21/23).
En este momento histórico, Herodes Arquelao [ca.23 a.C.-ETNARCA DE JUDEA; SAMARÍA E IDUMEA, entre los años 4 y 6 d.C. Moriría ca. 18 d. C.], ya había sido designado como Etnarca por el Emperador César Augusto [Imperator Caesar Augustus. Roma, 23 de septiembre de 63 a.C.-EMPERADOR DE ROMA desde el 16 de enero de 27 a.C., hasta Nola, 19 de agosto de 14 d.C.].
Se puede considerar que estamos en el año 4 a.C., y San Mateo deja colegir que el Niño Jesús podría tener, en este momento histórico, 3 o 4 años más o menos. San Lucas supone, sin mucho acierto, que el Niño-Dios llega a Nazaret unas semanas después de haber nacido.
«Habiendo llegado en aquel momento, se puso también ella a alabar a Dios y hablaba del niño a todos aquellos que esperaban la liberación de Jerusalén. Cuando hubieron hecho todo según la ley del Señor, regresaron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. Entretanto, el niño crecía, se fortalecía y estaba lleno de sabiduría, y la gracia de Dios estaba sobre él». (Lucas, 2, 38-40).
Sea como sea, Jesús comienza su vida en la citada aldea de la Galilea desde su infancia, y en ella permanecerá hasta que dé comienzo a su vida pública.
«Entretanto, el pueblo estaba esperando a Zacarías y se maravillaba de su tardanza en el santuario. Pero cuando salió no podía hablarles, y ellos comprendieron que había tenido una visión en el santuario. Y él hacía señas y permanecía mudo. Cuando hubieron terminado los días de su servicio, regresó a su casa». (San Lucas, 3, 21-23).
Será ese poblachón galileo el que contemplé toda la evolución vivencial del Hijo de Dios, desde su infancia hasta su edad adulta.
II.-SU CASA.
Nazaret era en el siglo I d.C. una pequeña aldea o villorrio de la Baja Galilea, y en ella y en ese momento únicamente se realizaba el necesario aprendizaje en la familia, para luego incrementarse ya en la Sinagoga (Sÿnagoge/reunión/congregar), que era el lugar del culto de la religión judía. Tanto José como María le enseñarían a orar al Dios de Israel, Yahvéh, sin existir la más mínima discriminación entre ambos padres.
La religiosidad de los hebreos en la ubérrima Galilea era simple y profunda a la vez, y de esta forma de entenderla era como la interiorizaban los niños galileos. Cuando cumplió 12 años, la mayoría de edad para los niños; ya que para las niñas coincidía con la menarquia; según la Ley de Israel, fue llevado al gran Templo de Jerusalén, que siempre era un lugar de admiración y recogimiento.
«Cada año, sus padres iban a Jerusalén para la fiesta de Pascua. Cuando él tuvo doce años, habiendo hecho la peregrinación según la costumbre de la fiesta, transcurridos los días, cuando regresaban, el niño Jesús se quedó en Jerusalén sin que sus padres se dieran cuenta de ello. Creyéndole en la caravana, hicieron un día de camino, y luego se pusieron a buscarle entre parientes y conocidos; mas no habiéndole hallado, volvieron a Jerusalén buscándolo. Y sucedió que después de tres días le encontraron en el templo, sentado en medio de los doctores, escuchándolos e interrogándolos. Y todos aquellos que le escuchaban estaban estupefactos de su inteligencia y de sus respuestas. Al verle, quedaron admirados, y su madre le dijo:“Hijo, ¿por qué nos has hecho una cosa semejante? He aquí que tu padre y yo te buscábamos angustiados”. Y les respondió: “¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que debo ocuparme en las cosas de mi Padre? Pero ellos no comprendieron lo que les había dicho. Y bajó con ellos y volvió a Nazaret, y les estaba sometido. Y su madre conservaba todas estas cosas en su corazón. Entretanto, Jesús crecía en sabiduría, altura y gracia, ante Dios y los hombres». (Lucas, 2, 41-52).
Según se piensa, Jesús fue el más pequeño de los hijos de José, y el unigénito de María. Vivió con cuatro hermanos y dos hermanas mayores que él, e hijos del primer matrimonio de su padre, José. Cuando regrese, a Nazaret, ya en su vida pública, sus hermanos y hermanas estarán viviendo, todavía, en su pueblo, y, muy probablemente, se sentirían impresionados por la fama de su hermano.
«Salido de allí, viene a su patria, y sus discípulos lo acompañaron. Llegado el sábado, se puso a enseñar en la sinagoga, y los muchos oyentes se asombraban, diciendo: “¿De dónde le viene todo esto? ¿Qué sabiduría es ésta que le ha sido dada? ¿Y qué son estos milagros obrados por su mano? ¿No es éste el carpintero, hijo de María, y hermano de Santiago y de José, y de Judas, y de Simón? ¿Y no están sus hermanas aquí entre nosotros?”. Y se sentían despechados en él». (Marcos, 6, 1-3).
Las gentes de Nazaret comentan, muy sorprendidos, sobre la sapiencia y forma tan inteligente de razonar de aquel su paisano, del que no tienen una opinión muy preclara. Por ello, incrementan su perplejidad, cuando indican que saben quiénes son sus hermanas y sus hermanos, y todos ellos viven en Nazaret.
Se puede concebir que Jesús, al ser el más pequeño de una familia numerosa, y conformada por un buen número de miembros fraternos, todos ellos mayores que él, era la atención prestada necesaria realizada hacia el benjamín.
El primogénito sería Santiago “el Justo” (Nazaret, ¿20-19 a. C.?-Jerusalén, 62 o 69 d.C.), quien sería el líder de la comunidad/ekklesia judeocristiana jerosolomitana, y cuya diferencia con su hermano pequeña sería superior a los catorce años. Según el historiador judío Flavio Josefo (Titus Flavius Josephus/Yosef ben Matityahu. Jerusalén, ca. 37-Roma, ca. 100 d.C.) en su obra ‘Antigüedades Judías’ (93-94 d.C.), que utilizaremos en este trabajo, el citado hermano de Cristo sería el ya mencionado dirigente de la comunidad de los nuevos cristianos, todos ellos israelitas, en la capital de Israel. Sería denominado como ‘el hermano de Jesús o el hermano del Señor’. Moriría ejecutado, por medio de lapidación, por orden del Sumo Sacerdote de Israel (62-63 d.C.) llamado Ananías ben Ananías (Hanan ben Hanan).
Por este acto sería destituido por el Procurador Augusteo/Procurator Augusti, Luceyo Albino (63-64 d. C.). El historiador Flavio Josefo relata dicho hecho:
«El joven Ananías que, como dijimos recibió el sumo sacerdocio, era hombre de carácter severo y notable valor. Pertenecía a la secta de los saduceos que, comparados con los demás judíos, son inflexibles en sus puntos de vista, como antes indicamos. Siendo Ananías de este carácter, aprovechándose de la oportunidad (para ejercer su autoridad), pues Festo había fallecido y Albino todavía estaba en camino, reunió a un sanedrín de jueces. Llamó a juicio a Jacobo hermano de Jesús, quien es llamado Cristo, y con él hizo comparecer a varios otros (o a algunos de sus compañeros). Los acusó de ser infractores a la Ley y los condenó a ser apedreados. Pero, los habitantes de la ciudad, más moderados y afectos a la Ley, se indignaron. A escondidas enviaron mensajeros al rey (Agripa II), pidiéndole que por carta exhortara a Ananías a que, en adelante, no hiciera tales cosas, pues lo realizado no estaba bien. Algunos de ellos fueron a encontrar a Albino que venía de Alejandría; le pidieron que no permitiera que Ananías, sin su consentimiento, convocara al Sanedrín. Albino, convencido, envió una carta a Ananías, en la cual lleno de indignación le anunciaba que tomaría venganza con él. Luego el rey Agripa, habiéndole quitado el Sumo Sacerdocio, que ejerció durante tres meses, nombró a Jesús hijo de Damneo Sumo Sacerdote».
Sea como sea, y según la cronología que se aplica a Santiago-Jacobo, el primogénito de José, contando con que el padre-putativo de Cristo se casase más o menos a los 20 años, es obvio pensar que tendría unos 35 años cuando, ya viudo, se matrimonió con la virgen María, momento en que, reitero, ya era un viudo y con seis hijos.
III.-LA LENGUA O EL IDIOMA EN EL QUE HABLABAN LOS HEBREOS O ISRAELITAS EN LA ANTIGÜEDAD ROMANA.
En Nazaret se hablaba en galileo, que era uno de los dialectos del arameo, este idioma había penetrado, masivamente, en Palestina a partir del siglo VI a.C., durante el dominio del Imperio de los persas. Además, el griego era la lengua oficial entre los que vivían en el Proconsulado de Siria.
Es obvio pensar que Cristo conocería y podría utilizar el arameo, el hebreo o lengua religiosa de los israelitas, y el griego como lingua franca; aunque quizás tuviese algún tipo de rudimentos o de conocimientos básicos del lenguaje del Imperio de Roma, necesario para tratar con la prepotente administración romana, es decir el latín.
Sobre este siglo I d.C. escribe el historiador religioso-luterano alemán, Martin Hengel (Reutlingen, 14 de diciembre de 1926-Tubinga, 2 de julio de 2009) escribió:
«Mientras que el arameo era la lengua vulgar que hablaba la gente del pueblo, y el hebreo era la lengua sagrada del culto religioso y de los debates entre los Maestros de la Ley, el griego se había convertido sobre todo en el instrumento lingüístico de la industria, el comercio y la administración». (“Jesús. Una biografía”. Armand Puig. Destino, 2006. Página-177).
El latín era el idioma utilizado por los funcionarios del SPQR, desde el Prefecto del Pretorio hasta todos sus familiares, los hebreos no lo utilizaban porque era la lengua de los odiados romanos, los cuales también conocían el griego. El arameo era la lengua habitual de los israelitas.
«Y, adelantándose un poco, caía en tierra y pedía que, si era posible, pasara de él aquella hora. Y decía: Abba, Padre, todo te es posible; aleja de mí este cáliz; sin embargo, no lo que yo quiero, sino lo que tú». (Marcos, 14, 35-36).
«En efecto, cuantos vienen movidos por el Espíritu de Dios son los verdaderos hijos de Dios. Ya que no recibisteis un espíritu de esclavos para recaer en el temor; recibisteis el Espíritu de hijos adoptivos que os hace exclamar: ¡Abba, Padre!». (Romanos, 8, 14-15).
«A fin de que rescatase a los que estaban sometidos a la Ley; a fin de que recibiésemos la dignidad de hijos adoptivos. Y la prueba de que sois hijos es que Dios mandó a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre!». (Gálatas, 4, 5-6).
«Y cogiéndola de la mano, le dice: “Talitha, cumi”, que, traducido a nuestra lengua, significa: “Niña, yo te lo mando, ¡levántate!”. Y al punto la niña se levantó y se puso a andar, pues tenía doce años. Y quedaron sobrecogidos de asombro. Y les recomendó severamente que nadie lo supiera. Luego dijo que le dieran de comer». (Marcos, 5, 41-43).
«Elevando, después, los ojos al cielo, suspiró y le dijo: “¡Effatá!”, es decir, “Ábrete”. Y, al punto, se abrieron sus oídos y se desligó la atadura de su lengua, y hablaba correctamente». (Marcos, 7, 34-35).
«Y a la hora de nona exclamó Jesús con fuerte voz: “¿Eloí, Eloí, lamá sabactaní?”, que, traducido a nuestra lengua, significa: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”. Algunos de los que estaban allí presentes, oyéndolo, decían: “Mira, llama a Elías”». (Marcos, 15, 34-35).)
Otras palabras o apelativos en arameo serían: CEFAS-Piedra. BOANERGES-Hijos del Trueno. Incluso topónimos como: GÁBATA-Escudilla. GÓLGOTA-Calavera. HACELDAMA-Campo de Sangre. Por consiguiente, el arameo era la lengua materna de Cristo.
En la Sinagoga, no obstante, se rezaba en hebreo, aunque ambas lenguas semíticas tienen muchas similitudes. Por ejemplo: RABUNI-Maestro es arameo.
«Jesús le dice: “¡María!”. Volviéndose, ella respondió en hebreo: “¡Rabboni!”, es decir: “¡Maestro!”. Le dice Jesús: “No me cojas así, porque aún no he ascendido al Padre; en vez de ello, ve en busca de mis hermanos y diles: “Asciendo a mi Padre y Padre vuestro, mi Dios y Dios vuestro”». (Juan, 20, 16-17).
Jesús como fiel y buen israelita, utiliza el hebreo para orar a Yahvéh-Dios.
«Mas él respondió: “¿Nunca leísteis lo que hizo David, cuando tuvo necesidad y sintió hambre, él y los que estaban con él? ¿Cómo entró en la casa de Dios, siendo Abiatar Sumo Sacerdote, y comió de los panes de la Proposición, que no pueden comer sino los sacerdotes, y dio también de ellos a los que con él estaban?”». (Marcos, 2, 25-26).
Es obvio que cuando Jesús de Nazaret predica en las Sinagogas es porque conoce el idioma hebreo, y está capacitado para poder interpretar, de forma coherente, las Sagradas Escrituras; aunque cuando predica a las gentes y reza con sus discípulos, lo hace entonces en arameo.
En las riberas del Mar de Galilea y en todas sus poblaciones adyacentes, sobre todo en Betsaida o en la populosa y cosmopolita Cafarnaúm, la lengua utilizada para las diversas transacciones comerciales debería ser, obviamente, el griego. Nazaret estaba a 6 kilómetros del sureste de la helenizada ciudad de Séforis, donde la mayoría de su población era israelita, pero muy vinculada a la esencia de ser de Roma. No obstante, los campesinos de la zona, para poder vender sus productos se expresarían en griego; aunque como Cristo era un artesano notorio, ya las relaciones serían comercialmente diversas.
Por todo lo que antecede, es casi seguro que Lucio Poncio Pilato (Abruzos/Imperio de Roma, 12 a.C.-5º PREFECTO DEL PRETORIO DE JUDEA entre los años 26 y 36 d. C. Fallecería post 36-39 d.C.), que pertenecía al Orden de los Caballeros/Equites como Prefecto del Pretorio en Judea, juzgaría al Hijo de Dios, en el Pretorio de Jerusalén dirigiéndose a él en griego.
«Había algunos griegos entre los peregrinos llegados para adorar durante la fiesta. Éstos se acercaron a Felipe, que era de Betsaida de Galilea, y le preguntaron: “Señor, queremos ver a Jesús”. Felipe va a decirlo a Andrés; Andrés y Felipe van a decirlo a Jesús. Jesús les responde: “Ha llegado la hora en que el Hijo del hombre debe ser glorificado». (Juan, 12, 20-23).
Los soldados del Pretorio jerosolomitano eran tropas auxiliares samaritanas o sirias, y hablarían en griego, ya que no eran romanos, sensu stricto.
Por la idiosincrasia fenotípica de estos soldados, siempre sentirían un enorme odio a los israelitas, y mucho más a los judíos; por ello, se ensañarían, más si cabe, en el tormento de los azotes contra Cristo, que, según su leal saber y entender, era un judío patognomónico y, además, repudiado por ellos mismos.

-EL EMPERADOR CÉSAR AUGUSTO-
IV.-JESÚS DE NAZARET ERA UN ARTESANO.
Los nazarenos trabajaban en la agricultura y en la ganadería; pero Jesús será la excepción, ya que es un reputado y cualificado artesano, en un Nazaret de unos 500 habitantes.
«Salido de allí, viene a su patria, y sus discípulos lo acompañaron. Llegado el sábado, se puso a enseñar en la sinagoga, y los muchos oyentes se asombraban, diciendo: ¿De dónde le viene todo esto? ¿Qué sabiduría es ésta que le ha sido dada? ¿Y qué son estos milagros obrados por su mano? ¿No es éste el carpintero, hijo de María, y hermano de Santiago y de José, y de Judas, y de Simón? ¿Y no están sus hermanas aquí entre nosotros? Y se sentían despechados en él. Mas Jesús les decía: “Un profeta sólo es desestimado en su patria, en su parentela y en su propia casa”. Y no pudo obrar allí ningún milagro; curó solamente a unos pocos enfermos, imponiéndoles las manos. Y quedó sorprendido de su incredulidad. Y recorría las aldeas de los alrededores, enseñando». (Marcos, 6, 1-6).
«¿No es éste el hijo del carpintero? Su madre, ¿no se llama María, y sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas? Y sus hermanas, ¿no están todas entre nosotros? ¿De dónde, pues, le vienen todas estas cosas?». (Mateo, 13, 55-56).
Es aquí, Donde Jesús de Nazaret es llamado, en griego, ho textón/carpintero; o ho tou tektonos huios/el hijo del carpintero. Bajo esta denominación se incluye el realizar trabajos con la madera, la piedra o el hierro. En su obra ‘Diálogo con Trifón’, Justino Mártir “el Filósofo” (Flavia Neapolis, ca. 100/114-Roma, 162-168) indica que: Jesús fabricaba arados, yugos y arreos, combinando la madera y el hierro.
«Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis reposo para vuestras almas; en efecto, mi yugo es suave y mi carga ligera». (Mateo, 11, 29-30).
En griego y según Homero (ca. Siglo VIII a.C.), en La Ilíada, el vocablo tektón ‘requiere unas manos que elaboren cualquier tipo de obra de arte’.
Existen textos evangélicos, que cualifican a Jesús de Nazaret como: ‘el hijo de un herrero’.
«El oficio de Jesús requiere inteligencia, habilidad y una cierta robustez física, y presupone una inversión en materiales e instalaciones, además de una casa con un espacio relativamente grande para trabajar el hierro (fragua, yunque) y la madera (banco y herramientas de carpintería), tal vez con un patio delantero. Un taller de estas características debe estar preparado para hacer trabajos relacionados con el mundo agrícola (modelar las herramientas necesarias para labrar la tierra, construir carros, herrar animales) o con las necesidades domésticas (cacharros para el hogar, amasaderas para hacer pan, baúles para guardar la ropa y las pertenencias más valiosas, puertas y ventanas, goznes y rejas, tablas y recipientes para sólidos y líquidos, cerraduras y cerrojos). (“Jesús. Una biografía”. Armand Puig. Destino, 2006. Página-181).
Se puede colegir sobre como aparecieron los antepasados de Jesús de Nazaret en Nazaret, ya que, si aceptamos que fuesen carpinteros o herreros, en un momento determinado de su evolución decidieron mejorar sus ingresos y su situación social, y para ello pensaron dirigirse hasta Nazaret desde Belén de Judá, la ciudad del Rey David de Israel [Belén, ca. 1040-Jerusalénca. 969/966 a. C.], la cual estaba mucho peor situada geográficamente, mientras que Nazaret al ser vecina de la ciudad griega más importante de la Galilea del siglo I a. C., como era Séforis, la cual ya desde los años 57 a 55 a.C. sería convertida en la capital de los cinco distritos israelitas; estructura política creada por el procónsul de Siria, Aulo Gabinio (Aulus Gabinius. Procónsul,entre el 1 de enero de 57 a. C./1 de enero de 54 a.C.- Fallecimiento en Salona/Antigua Roma, principios del 47 a.C.).
¿Desde cuándo se dirigieron, sus antepasados paternos a Nazaret? Muy probablemente ya lo realizase el bisabuelo o el abuelo de Jesús de Nazaret. Cuando José se haga cargo del taller familiar, su volumen de trabajo requerirá el que sus cuatro hijos varones mayores, tenidos en su primer matrimonio trabajasen en dicho taller, y, porque no pensarlo, si hubiese yernos, asimismo, estos podrían atender las posibles tierras de labranza del propio José, que globalmente podría ser socialmente considerado como de clase social media.
Jesús de Nazaret, según refieren los evangelios, estuvo laborando en dicho taller familiar y viviendo con sus padres, hasta que José falleciese. Se piensa de Santiago, el primogénito que ya estuviese casado y hubiese creado su propio hogar, al margen del de su padre y de su segunda esposa, que sería María la madre de Jesús.

-EL TEMPLO DE JERUSALÉN-
V.-HERODES ANTIPAS.
En todas las circunstancias que se consideren, el trabajo comercial debería haber sido de una cierta importancia; por lo que cuando Jesucristo se decida a ir hasta la populosa ciudad de Cafarnaúm, el hecho implicaría que sea otro de los hijos de José de Nazaret el que continuase en la dirección del negocio familiar. Nazaret mantenía importantes y complementarias relaciones comerciales con Séforis, la capital de la Galilea entre los años 57 a 55 a.C., hasta el año 19 d.C.; momento en el que el que el soberano o Tetrarca Herodes Antipas (Judea, 20 a.C.-Tetrarca de Perea y Galilea desde el año 4 a.C., hasta Lugdunum Convenarum/Saint-Bertrand-de-Comminges, 39 d.C.) iniciaría la construcción de la nueva capital de la región del Mar de Galilea, a la que se le llamaría Tiberíades.
No obstante, ya en el año 4 a.C., Herodes Antipas se encargará de ordenar el embellecimiento de Séforis, y el volumen del trabajo emprendido haría que se necesitase un buen número de artesanos y, porque no decirlo, el taller de José de Nazaret es obvio pensar que estaría contratado para trabajar en dicha urbe. Puede ser también que los judíos de Séforis hubiesen perdido su identidad socio-religiosa, se hubiesen helenizado en exceso, y estarían enfrentados los urbanitas a las zonas rurales, estas fuertemente ideologizadas en lo hebraico.
Los artesanos de la época evangélica ocupaban el estatuto social de los pequeños o medianos propietarios, y en el caso de Nazaret, un villorrio de unos 500 habitantes, el hecho sería obvio.
En el caso de María, la madre de Jesús, el evangelista San Lucas la sitúa en el propio Nazaret, en su propia casa marital, y ahí estará cuando reciba la visita anunciadora del ángel Gabriel.
«Entrando donde estaba ella, dijo: “Salve, llena de gracia, el Señor es contigo”. Ella se turbó ante estas palabras, y reflexionaba sobre el significado de este saludo». (Lucas, 1, 28-29).
Según los Evangelios apócrifos, por ejemplo, en el Protoevangelio de Santiago, es donde se indica que la familia de la futura madre de Jesús de Nazaret era de posición elevada, cercana al Sumo Sacerdote del momento (Eleazar ben Boethus) y, por consiguiente, a la secta de los saduceos; pero estos destacados parientes viven en Jerusalén. En dicho texto se califica al padre, Joaquín, como un rico hacendado ganadero y propietario de rebaños de terneros y de ovejas, y con pastores a sus órdenes. De la madre, Ana, se indica que hasta tiene una criada para su servicio personal.
Será por todo lo que antecede, por lo que Jesús de Nazaret cuenta o refiere, en muchas ocasiones, ejemplificadoras parábolas sobre ovejas y pastores. El nombre del abuelo-materno de Jesús de Nazaret proviene de una tradición cristiana ya del siglo II d. C.
«¿Qué os parece? Si un hombre tiene cien ovejas y una de ellas se extravía, ¿no dejará las otras noventa y nueve en los montes para ir a buscar la que se ha extraviado? Y si llega a encontrarla, en verdad os digo que gozará más por ella que por las noventa y nueve que no se habían perdido». (Mateo, 18, 12-13).
«¿Quién de vosotros teniendo cien ovejas y habiendo perdido una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto y va en busca de la extraviada hasta que la encuentra? Y, después de haberla hallado, lleno de gozo se la pone sobre los hombres». (Lucas, 15, 4-5).

-EL HISTORIADOR TÁCITO-
VI.-LA EDUCACIÓN CULTURAL, RELIGIOSA Y ACADÉMICA DE JESÚS DE NAZARET.
En aquél pequeño pueblo de Nazaret, Jesús conoce dos ámbitos en los que se mueve con soltura, y que corresponden a su familia y a la sinagoga. La primera se encargaba de la educación de los niños hasta que cumplían 13 años, y en este momento vivencial ya eran mayores de edad, y en la sinagoga se encargaban de enseñarles a que cumpliesen la Ley mosaica en su totalidad.
El filósofo judío-helenístico Filón de Alejandría (Alejandría, ca. 20 a.C.-ibisdem, ca 45 d.C.), cuyo trabajo apologético sería de gran valor, lo escribe en su obra: ‘LA EMBAJADA A GAYO, en el CHRONICON SYRIACUM e Hª DINASTICORUM de Bar Hebraeus’.
«…Puesto que los judíos consideran que sus leyes han sido divinamente reveladas y son instruidos en ellas desde muy pequeños, llevan la imagen de la Ley en el alma…».
Flavio Josefo en su ‘DOCUMENTO CONTRA APIÓN DE ALEJANDRÍA’, escribe en relación a la antigüedad del pueblo judío que:
«… El cumplimiento de las leyes y los actos de piedad derivados de esta observancia son considerados lo más importante de la vida».
Los padres se encargaban de enseñar a sus hijos a que recitasen, siempre de memoria, las oraciones que fuesen más sencillas para los pequeños:
1º)-Siempre guardando el Sabbath-Sábado; observando la pureza ritual obligatoria con respecto a los alimentos prohibidos según el Libro Santo.
2º)-Ayunando el Día de la Expiación o Yom Kippur, que es el 10º día de Tishri, que corresponde al primer mes del año civil y al décimo del año religioso, según el calendario lunosolar hebreo. Es el momento en el que los israelitas piden perdón, a Yahvéh-Dios, por todos los pecados que han cometido durante ese año.
3º)-Y la obligatoriedad de ir a la sinagoga.
La Historia sociopolítica de Israel era de conocimiento obligatorio para los pequeños israelitas. La cena de Pascua, era la que recordaba a los judíos su liberación de la cautividad de los egipcios. Lo fundamental era comer el cordero asado o Pesaj, que se preparaba con hierbas aromáticas como el tomillo, laurel, y romero, además de sal y pimienta, y a veces bañado en vino blanco; el pan era ázimo o sin levadura, y se celebraba en la intimidad de la familia, siempre presidida por el padre de familia.
En el Sifré-Deuteronomio del siglo III d.C., que corresponde a los comentarios tannaíticos u opiniones de los sabios rabinos, se puede leer:
«En cuanto un niño empieza a hablar, su padre debe conversar con él en la lengua sagrado (el hebreo), y debe instruirlo en la Torá (Pentatéuco, 5 libros: Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio), porque si no lo hace, es como si le hubiese enterrado».
De esta forma tan didáctica, Jesús de Nazaret aprendería de memoria la Ley de Moisés en la Sinagoga de su pueblo. Existía un servidor que era quien le entregaba el Libro Sagrado al encargado de la oración sinagogal.
«Y Jesús le dijo: “Un hombre dio una gran cena e invitó a muchos. A la hora de la cena envió a su siervo a decir a los invitados: ‘Venid, porque ya está preparado todo’. Pero todos a una empezaron a excusarse. El primero le dijo: ‘He comprado un campo y necesito ir a verlo; te ruego que me des por excusado’. Otro le dijo: ‘He comprado cinco pares de bueyes y voy a probarlos. Te ruego que me des por excusado’. Otro le dijo: ‘He tomado mujer y por eso no puedo ir’…». (Lucas, 14, 16-20).
Este dirigente de la Sinagoga era quien se encargaba de enseñar a los niños a memorizar los textos de la Ley mosaica, los sábados, Por lo tanto, y como todos los niños israelitas, Jesús entre los 6 y los 13 años de edad se vio obligado a tener que aprender los textos, pero siempre leyéndolos con gran devoción.
En el caso de Jesús de Nazaret, este también aprendió a escribir, según el nivel sociocultural en el que se movía. En las ciudades y pueblos de Israel existían escribas, que eran los encargados de redactar los documentos oficiales para todos aquellos que lo necesitaban.
En el pasaje de la mujer adúltera se indica que Jesús de Nazaret comenzó a escribir con el dedo en la tierra.
«Le dicen: “Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante delito de adulterio; ahora bien, en la Ley, Moisés ordenó lapidar a las mujeres de este género: ¿qué dices tú de esto?”. Decían esto para ponerlo a prueba, al objeto de tener de qué acusarlo. Pero Jesús, inclinándose, escribía con el dedo en la tierra. Como ellos, insistieron en el interrogatorio, Jesús se incorporó y dijo: “Aquel de entre vosotros que esté sin pecado, que sea el primero en tirarle una piedra”. E inclinándose de nuevo, escribía en la tierra.». (Juan, 8, 4-8).
Aunque este hecho tan interesante se mueve en el sentido de lo críptico, sin saber que, fue lo que escribió Cristo en el suelo, y que pretendía con ello. En un tratado de la Misná/Mishná (que es la primera gran colección escrita de las tradiciones orales judías conocida como la Torá oral), escrito hacia el año 100 d.C., se puede leer:
«A los cinco años (se está preparado) para estudiar la Escritura; a los diez para (estudiar) la Misná; a los trece, para (cumplir) los mandamientos (…)».
Durante su estancia en Nazaret su aproximación a las Sagradas Escrituras fue muy profunda:
«Y sucedió que cuando fue bautizado todo el pueblo, mientras Jesús, bautizado también, estaba en oración, se abrió el cielo, y el Espíritu Santo descendió sobre él en forma corporal como de paloma, y del cielo llegó una voz: “Tú eres mi Hijo amado; en ti me he complacido”. Cuando empezó su ministerio, Jesús tenía alrededor de treinta años, y era, como se creía, hijo de José, de Helí». (Lucas, 3, 21-23).
VII.-LA EDAD ADULTA DE JESÚS DE NAZARET.
Cuando Jesús de Nazaret comience su vida pública, para dedicarse plenamente a la predicación, ya era un especialista en la Sagrada Escritura, a pesar de que no se tiene conocimiento ninguno de cuáles fueron sus maestros.
El que cita el Talmud de Babilonia; que es un libro que contiene tanto la tradición oral, como las doctrinas, ceremonias y preceptos de la religión judía; es imposible, ya que el mencionado Josué ben Perajia vivió durante la segunda mitad del siglo II d.C.
Joseph Ernest Renan (Tréguier /Côtes-d’Armor, 27 de febrero de 1823-París, 2 de octubre de 1892. Filósofo, arqueólogo e historiador) considera al rabino Hilel “el Sabio o el Anciano (ca.70 a.C.-10 d.C.) como el maestro por antonomasia de Jesús, lo que también es inaceptable y anacrónico, por cuestiones de cronología obvia. Sea como sea lo anteriormente tratado, Cristo habría podido escuchar, y ser receptor, de las prédicas de diversos rabinos de disciplina saducea, para ello Cristo se tenía que desplazar a Séforis o a Arbela, de esta última ciudad se tiene referencia exacta del nombre de un rabino galileo, cerca del año 125 a.C., y llamado Nittaí/Mattaí.
Los saduceos eran una secta aristocrática israelita que negaba la inmortalidad del alma, la existencia de los ángeles y la resurrección del cuerpo, de entre ellos procedían los Sumos Sacerdotes de los judíos.
No obstante, el mayor número de los rabinos se encontraba situado en la patognomónica capital de los israelitas que era Jerusalén, donde existían varias escuelas de grandes rabinos, ya que en esta ciudad se enfrentaban, muchas veces con cierta violencia verbal, las dos escuelas religiosas, per se, de saduceos y de fariseos.
Por consiguiente, Jesús de Nazaret sería un rabino autodidacta.
«Y cuando se estaba ya en medio de la fiesta, Jesús subió al templo y enseñaba. Los judíos, estupefactos, decían: “¿Cómo es que éste sabe de letras sin haber aprendido?”. Jesús les respondió: “Mi doctrina no es mía, sino de aquel que me ha enviado…”». (Juan, 7, 14-16).
Entre el estatus rabínico hebreo, tan presuntuoso siempre, causaba sorpresa que no se conocieran cuales habían sido los maestros de Jesús de Nazaret. Además, sorprende, entre sus conciudadanos, que siendo el hijo de un artesano tuviese tanta preparación doctrinal.
«Y todos le rendían testimonio y se maravillaban de las palabras de gracia que salían de su boca, y decían: “¿No es éste el hijo de José?”. Y les dijo: “Ciertamente, vosotros me citaréis este proverbio: ‘Médico, ¡cúrate a ti mismo!’. Cuanto hemos oído que acaeció en Cafarnaúm, hazlo también aquí, en tu patria”». (Lucas, 4-22, 23).
Asimismo, los nazarenos deben reconocer que realiza milagros, curando a los enfermos y expulsando demonios, tras establecerse en la gran población de Cafarnaúm, llamada, a partir de entonces, por los que serían sus seguidores como: ‘LA CIUDAD DE JESÚS’. Sus nombres eran los de: KFARNAHUM o KAPHARNAUM o TELL HUM.
La monja Egeria/Eteria/Aetheria/Etheria (siglo IV hasta siglo V d. C.), que sería una viajera y escritora hispanorromana, y que escribió el denominado como: ITINERARIO DE EGERIA/ o ITINERARIUM EGERIAE/ o PEREGRINATIO AETHERIAE; manifestaría: “En Cafarnaúm está la casa del Príncipe de los Apóstoles (Pedro) que fue transformada en iglesia, aunque las paredes quedaron las mismas”. Se estima que esa ciudad tendría en la época de Cristo unos 1.500 habitantes.
«Llegado a su patria, los instruía en la sinagoga de ellos, de modo que ellos, asombrados, decían: “¿De dónde le vienen esta sabiduría y los milagros?». (Mateo, 13-54).
Para sus paisanos es muy extraño que Jesús tenga estos dos comportamientos crípticos e incomprensibles para ellos, el de rabino y el de taumaturgo, que era de tipo carismático. Y recibido este don por deseo divino, acompañado de la imposición de manos. La acusación muy grave que lanzarán contra Jesús será la de que sus curaciones las realiza por tener un pacto con Satanás.
«Los escribas que habían bajado de Jerusalén decían: “¡Está fuera de sí!”». (Marcos, 3, 22).
«Pero los fariseos, oyendo esto, dijeron: “Éste no arroja los demonios sino por virtud de Beelzebul, príncipe de los demonios”». (Mateo, 12, 24).
«Pero algunos de ellos dijeron: “¡Expulsa los demonios por virtud de Beelzebul, jefe de los demonios!”». (Lucas, 11, 15).
«Respondió la multitud: “¡Estás endemoniado! ¿Quién trata de matarte?”». (Juan, 7, 20).
El Talmud de Babilonia le acusará de practicar la magia, afirmando sin ningún dato que lo corroboré, y solo para su desprestigio, que Jesús aprendió magia en Egipto, cuando estuvo allí en su infancia y se llevó las fórmulas mágicas tatuadas en su piel. Aunque, Jesús de Nazaret solo se presenta anunciando el Reino de Dios, y no realiza conjuros o fórmulas esotéricas o crípticas o que sean impenetrables para la mente.
Pero, él es un rabino muy diferente y especial, ya que no ha formado parte de ninguna escuela, siendo las más afamadas las de los discípulos de los Maestros de la Ley Hilel o Samay.
«Y llegaron a Cafarnaúm, y en seguida, en sábado, entró en la sinagoga y se puso a enseñar. Y se maravillaban de su enseñanza, porque les instruía como quien tiene autoridad, y no como los escribas». (Marcos, 1, 21-22).
Cristo enseña con su propia autoridad, y solo elogia a Juan “el Bautista”, que es su primo, calificándolo como el más grande de los profetas, aunque no afirma que sea su maestro, ni que fuese la autoridad indiscutible, pero sí lo considera como el punto del que él parte.
VIII.-LAS SAGRADAS ESCRITURAS.
Tanto amigos como enemigos califican a Jesús como rabino o raqbuní, que significa señor o maestro. Todos estos calificativos conllevan que quienes así lo denominan consideran que tiene un elevado conocimiento sobre las Sagradas Escrituras del pueblo de Israel, y por ello está preparado para poder discutir sobre las interpretaciones de la Ley o la Torá con otros rabinos.
En todos los siguientes Textos se resumen los problemas acuciantes existentes en las discusiones que Jesús de Nazaret sostenía con escribas y fariseos, y demuestran el conocimiento exhaustivo que el Hijo de Dios tenía sobre las susodichas Escrituras. Jesús ha escuchado y estudiado de los rabinos predicadores todo lo que un maestro israelita debe conocer sobre la Historia religiosa de su pueblo.
1º)-MATEO:
-12, 3-4: “Pero él les dijo: ¿No habéis leído lo que hizo David cuando él y sus compañeros tuvieron hambre? ¿Cómo entró en la casa de Dios y comió los panes de la Proposición, que ni a él ni a sus compañeros, sino sólo a los sacerdotes, era lícito comer?”.
-19, 5-6: “Y dijo: Por eso el hombre abandonará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos formarán una carne sola? Por tanto, ya no son dos, sino una sola carne. No separe, pues, el hombre lo que Dios ha unido”.
-22, 31-32: “Y en cuanto a la resurrección de los muertos, ¿no habéis leído lo que Dios os dijo: Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob? No es el Dios de los muertos, sino de los vivos”.
-22, 41-45: “Encontrándose a los fariseos reunidos, Jesús los interrogó diciendo: “¿Qué pensáis del Mesías? ¿De quién es hijo?”. Le responden: “De David”. Continuó Jesús: “¿Cómo, pues, David, inspirado, lo llama ‘Señor’, diciendo: El Señor ha dicho a mi Señor: siéntate a mi derecha, hasta que haya puesto a tus enemigos bajo tus pies? Si, pues, David lo llama Señor, ¿cómo es hijo suyo?”.
-21, 42: “Les dice Jesús: “¿No habéis leído nunca en las Escrituras: La piedra que han desechado los constructores, ésa es la que se ha convertido en cabeza de ángulo. Ésta es la obra del Señor, y es maravillosa a nuestros ojos?”.
2º)-MARCOS:
-10, 6-9: “Mas al principio de la creación, ‘Dios los hizo varón y hembra; por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y los dos formarán una sola carne’. Por lo que ya no son dos, sino una sola carne. Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre”.
-12, 26-27: “Y acerca de si los muertos resucitan, ¿no leísteis en el libro de Moisés, en el pasaje de la zarza, cómo le habló Dios, diciendo: ‘Yo soy el Dios de Abraham, y el Dios de Isaac y el Dios de Jacob?’ No es Dios de muertos, sino de vivos. ¡Muy errados estáis!”.
-12, 35-37: “Enseñando en el templo, Jesús tomó la palabra y dijo: ¿Cómo pueden decir los escribas que el Mesías es hijo de David? David mismo ha dicho por el Espíritu Santo: ‘Ha dicho el Señor a mi Señor: Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos como escabel de tus pies’. El mismo David lo llama Señor. ¿Cómo puede, pues, ser hijo suyo? La masa del pueblo lo escuchaba con satisfacción”.
-12, 10: “¿No habéis leído nunca este pasaje de la Escritura: La piedra que han desechado los constructores, ésta ha venido a ser piedra angular”.
3º)-LUCAS:
-6, 3-4: “Y Jesús les respondió: ¿No habéis leído siquiera lo que hizo David cuando tuvo hambre él y sus compañeros? O sea, ¿cómo entró en la casa de Dios, tomó los panes de la Proposición, comió de ellos y dio parte a sus compañeros; aquellos panes que sólo a los sacerdotes les está permitido comer?”.
-20, 37-38: “Y que los muertos resucitan lo indicó también Moisés en el pasaje de la zarza, en donde llama al Señor: El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob. Por tanto, Dios no es Dios de muertos, sino de vivos: en efecto, todos viven para él”.
-20, 41-44: “Pero él les dijo: ¿Cómo se puede decir que el Mesías es hijo de David? En efecto, el mismo David dice en el libro de los Salmos: El Señor ha dicho a mi Señor: Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por escabel de tus pies. Por tanto, David lo llama Señor. ¿Cómo puede ser, pues, hijo suyo?”.
-20, 17: “Y él, mirándolos fijamente, dijo: ¿Qué significa, pues, esto que está escrito: La piedra que han desechado los constructores, ¿ésa se ha convertido en piedra angular?”.
-4, 16-20: “Juan comenzó a decir a todos: Yo os bautizo con agua, pero viene uno que es más poderoso que yo, a quien yo no soy digno de desatar la correa de sus sandalias; él os bautizará con Espíritu Santo y fuego. Tiene en la mano el bieldo para aventar su era y recoger el trigo en su granero; en cambio, quemará la paja en un fuego inextinguible. Y con muchas y otras exhortaciones anunciaba el evangelio al pueblo. Pero el tetrarca Herodes, reprendido por Juan a causa de Herodías, mujer de su hermano, y por todas las malas acciones cometidas por él, añadió también ésta a todas las demás: encerró a Juan en la cárcel”.

-LA CIUDAD DE BELÉN-
IX.-EL SER CÉLIBE ENTRE LOS VARONES DE ISRAEL.
Según la Misná, un varón debería casarse, en el Israel de esta época, a alrededor de a los 20 años de edad; y así se fija, taxativamente, en la Regla de la Congregación de los esenios (Creían en la predestinación y en la teología apocalíptica. Practicaban: ascetismo, celibato opcional, y la comunidad de bienes. Observaban los preceptos de la Torá) de Qumrán.
El matrimonio entre los israelitas debía tener como único objetivo y fin el de la procreación, ya que esa era la voluntad de Yahvéh (‘YO SOY EL QUE SOY’ o EGO SUM QUI SUM. Es el Dios Único), aunque los hebreos nunca utilizaban su nombre, sino otros términos cómo, por ejemplo: ADONAY/SEÑOR.
«Dios creó al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; macho y hembra los creó. Dios los bendijo y les dijo: Sed fecundos y multiplicaos, llenad la tierra y dominadla y tened dominio sobre los peces del mar y sobre las aves del cielo, sobre el ganado y sobre todas las fieras que se arrastran sobre la tierra». (Génesis, 1, 27-28).
En el Talmud de Babilonia, el rabino Eliezer ben Hircano “el Grande” escribe que el judío que se niega a tener hijos debería ser calificado como si fuese un homicida o un asesino sensu stricto, y sin ambages. Aunque otro rabino o tanna/maestro, Simeón ben Azay/Azzai (1/3 del siglo II d.C.), en dicha obra religiosa indica que:
«Mi alma ama la Ley. El mundo, lo pueden continuar otros» (“Jesús. Una Biografía”. A. Puig. Destino, 5ª edición; págs. 192-193). Se conoce, de forma fehaciente, que entre los esenios de Qumrán el celibato era una práctica habitual, e igual comportamiento tenían los terapeutas egipcios.
Epícteto (Hierápolis, 55 d.C.-Nicópolis, 135 d. C. Filósofo griego de la escuela estoica, quien vivió parte de su vida como esclavo en Roma). Sus enseñanzas se conservan en dos obras: Manual o Enquiridión y Disertación, ambas obras escritas por su discípulo llamado Lucio Flavio Arriano o Arriano de Nicomedia (c.89 d.C.-175 d.C. Cónsul sufecto del año 129 d.C.). Epícteto indica que las distracciones sexuales apartan a los hombres del servicio a Dios, que necesitan. “salvaguardarse como hombre de virtud perfecta”; este filósofo estoico se matrimoniaría al final de su vida, para de esta forma poder cuidar de un niño abandonado y recogido por el propio filósofo.
Otro ejemplo es el del filósofo Apolonia de Tiana (Tiana/Capadocia, 3 a.C.-Éfeso, 97 d.C. Matemático y místico griego neopitagórico), quien nunca se casó, ni mantuvo ningún tipo de relaciones íntimas con ninguna mujer a lo largo de toda su vida: “…Para conservar el control y el dominio de la pasión”.
Un ejemplo destacable en el Antiguo Testamento de la Biblia sería el del profeta Jeremías:
«Me fue dirigida la palabra de Yahvéh: No tomes mujer, no tengas hijos ni hijas en este lugar». (Jeremías, 16, 1-2).
«Porque no me hizo morir en el seno materno. Así mi madre habría sido mi tumba y su seno habría quedado grávido para siempre. ¿Por qué he tenido que salir del seno materno para ver tormentos y dolor y para acabar mis días en la vergüenza?». (Jeremías, 20, 17-18).
Para los israelitas que se olvidaban de su alianza eterna con Yahvéh-Dios, el castigo conllevaba la muerte de las madres y de sus hijos, y todos ellos serían víctimas de la destrucción por sus enemigos, y, además, quedarían insepultos.
La vida sexual de Moisés casi siempre fue abstinente, ya que en cuanto comienza a mantener relaciones de diálogo con la divinidad, deja de tener relaciones sexuales con su esposa, y de esta forma estará preparado para poder transmitir su Ley a los hebreos. Deja de tener relaciones con su esposa madianita, Séfora (significa: ‘aquella que es libre como un pájaro’) y el cuidado de sus hijos (Gerson y Eliezer) pasa a estar en un segundo lugar. Aunque no se debe olvidar que, según la cronología bíblica, tenía en este momento unos 80 años, y fallecería a los 120 años de edad.

-HERODES ANTIPAS-
X.-EL CELIBATO PARA JESÚS DE NAZARET.
La relación personal de Jesús con su Padre celestial, el Yahvéh-Dios de Israel, exige una opción voluntaria de ser célibe.
Geza Vermes (Makó/Hungría, 22 de junio de 1924-Oxford/Reino Unido, 8 de mayo de 2013), historiador de las religiones, escribió, sin ningún dato aclaratorio o ad hoc, que Jesús de Nazaret se casó en ese pueblo hacia los 20 años, y que cuando dio comienzo a su vida pública abandonará a su pueblo de Nazaret, y a su ignota y posible esposa, y a sus hipotéticos hijos. Lo que antecede es claramente absurdo, ya que cuando regrese a Nazaret desde Cafarnaúm nunca se mencionara a su esposa e hijos.
«Llegan, entretanto, su madre y sus hermanos y, quedándose fuera, le mandan llamar. Estaba allí sentada a su alrededor la muchedumbre, y le dicen: Mira tu madre y tus hermanos están fuera y te buscan. Mas él responde: ¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos? Y mirando a los que estaban a su alrededor sentados en círculo, dice: ¡He aquí mi madre y mis hermanos! Porque el que hace la voluntad de Dios, ése es para mí hermano y hermana, y madre». (Marcos, 3, 31-35).
Por el contrario, Juan “el Bautista” sí vive de forma ascética en el desierto de Judea, y en el valle del río Jordán, alimentándose únicamente de langostas y de miel silvestre, y no bebiendo nada de alcohol, por lo tanto, es un típico hebreo consagrado a Yahvéh-Dios.
Además, la inexistente censura hacia las mujeres y a su forma de comportarse, que en igualdad de condiciones rodean a Jesús, sorprende muy negativamente entre los varoniles israelitas del momento histórico. Estas mujeres son múltiples, están nominadas con su nombre propio, y conforman el círculo más próximo del propio Cristo.
No obstante, el celibato del autodenominado como Hijo de Dios produce en su Nazaret familiar extrañeza y desencanto, ya que inclusive su nacencia habría estado precedida por una multitud de acontecimientos fuera de la habitual normalidad israelita; y además sorprendía que José y María no hubiesen tenido más hijos tras el nacimiento de Jesús. Por consiguiente, este hijo seguiría siendo el pequeño de aquella numerosa familia, tras los hermanos y hermanas tenidos por José en su primer matrimonio.
El tercer hecho cuestionado por sus paisanos era el de que un Jesús patognomónicamente israelita, con todas las virtudes que se le atribuían, a saber: bueno, sano, piadoso, trabajador, inteligente y perteneciente a una familia del linaje davídico, como era posible que no casase, y sobre este comportamiento no existía explicación plausible.
Será el propio Hijo de Dios el que explicite las causas de su estado civil.
«Dícenle los discípulos: Si ésta es la condición de los hombres, no conviene casarse. Él les respondió: No todos entienden esta palabra, sino sólo aquellos a los que es dado. Porque hay eunucos que son tales desde el seno materno, y hay eunucos que se han hecho tales por el reino de los cielos. El que pueda entender que entienda». (Mateo, 19, 10-12).
Es decir, Jesús de Nazaret decide permanecer célibe siempre porque ha orientado su vida hacia el Reino de Yahvéh-Dios.
«Sí, yo querría que estuvieseis sin preocupaciones. El que no está casado, se preocupa de las cosas del Señor, o sea, de cómo puede agradar al Señor. Por el contrario, el que está casado piensa en las cosas del mundo, o sea, cómo puede agradar a la mujer, y se encuentra dividido». (I Corintios, 7, 32-33).
«Y les respondió: ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que debo ocuparme en las cosas de mi padre? Pero ellos no comprendieron lo que les había dicho». (Lucas, 2, 49-50).
La relación de Cristo con su Padre celestial y la misión de anunciar el Reino de Dios son la primacía absoluta para su vida. En los años de su infancia, adolescencia y juventud en que vive en Nazaret, considera que la relación de Cristo con su Padre celestial y la misión de anunciar el Reino de Dios son la primacía absoluta para su vida.
En los años de su infancia, adolescencia y juventud en que vive en Nazaret, considera que todavía no ha llegado la hora de su manifestación como Hijo del Altísimo. Sea como sea, ya ha decidido que la opción del celibato voluntario es esencial, y obviamente va a sorprender muy mucho a sus vecinos de Nazaret; ya que para cualquier buen israelita que se precie, tomar mujer y procrear hijos e hijas significaba cumplir el mandato obligatorio de Yahvéh-Dios Todopoderoso.
Por todo ello, y para poder cumplir su misión, Jesús abandonará Nazaret de Galilea, donde estaba su lugar familiar, y su taller de artesano con el que se ganaba la vida, y de esta forma comenzar su itinerante vida pública, por el resto de las tierras de Israel.

-FILÓN DE ALEJANDRÍA-
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-Barahona, P. (2004): Judíos, moros y cristianos. Tres pueblos, ritos y costumbres. Libsa.
-Benítez, J. J. (1980): El Enviado. Plaza y Janés.
-Clavijo, C. y Martos, J. C. (2006): La Adivina. Maeva.
-Coogan, M. D. y Metzger, B. M. (2002): Quién es quién en la Biblia. Acento.
-Díaz-Plaja, F. (1985): La Biblia contada a los mayores. Plaza y Janés.
-Eslava Galán, J. (2005): El fraude de la Sábana Santa y las reliquias de Jesús. Planeta/De Agostini.
-Fernández Uriel, P. y González Wagner, C. (2000): Historia de la Humanidad: Israel y Fenicia. Arlanza.
-Festa Campanile, P. (1985): El ladrón. Luis de Caralt.
-García Atienza, J. (2006): Nuestra Señora de Lucifer. Los misterios del culto a la madre del Dios. Planeta/De Agostini/Martínez Roca.
-García Bautista, J. M. (2016): El Enigma de la Sábana Santa. Luciérnaga.
-García Cordero, M. (O. P.) (1963): Las huellas de las Antiguas Civilizaciones. Ciadi.
-García Iglesias, L. (2004): La Palestina de Jesús. Dastín-Export.
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-González Lobato, J. A. (2000): Caminando con Jesús. Rialp.
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-Guadalupi, G. (2003): El Mundo de la Biblia. Lugares e historias del Antiguo y del Nuevo Testamento. Círculo de Lectores.
-Halík, T. (2014): Paciencia con Dios. Cerca de los lejanos. Herder.
-Johnson, C. H. (2020): Historia Antigua del pueblo hebreo. Síntesis.
-Kochav, S. (2005): Grandes Civilizaciones del Pasado. Israel. Folio.
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-Lorenzo Salas, G. (2002): El Hombre de Nazaret o Jesulogía. Graficas Posada/Del Propio Autor.
-Marina, J. A. (2006): Por qué soy cristiano. Teoría de la doble verdad. Círculo de
Lectores/Empresas Filosóficas/Anagrama.
-Martin, M. (2007): Alegato contra el cristianismo. Laetoli.
-Martínez, T. (1984): Palestina, ayer y hoy. Mensajero.
-Orlandis, J. (1989): Historia breve del cristianismo. Rialp.
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-Picknett, L. y Prince, C. (2017): Las Máscaras de Cristo. Luciérnaga.
-Pierre, A. (2006): Dios mío… ¿por qué?Ediciones-B.
-Ramos, M. A. (1989): Historia de las religiones. Playor.
-Rogerson, J. (2005): Tierras de la Biblia. Folio.
-Roloff, J. (2003): Jesús. Acento.
-Salisachs, M. (2004): El declive y la cuesta. Ediciones-B.
-Seewald, P. (2006): Mí vuelta a Dios. Palabra.
-Slaughter, F. G. (1980): María de Magdala. Planeta/Plaza y Janés.
-Vázquez Alonso, M. J. (2005): Jesús y el enigma de los templarios. Edaf.
-Wallace, L. (edición-2002): Ben Hur. Edebé.
-CURRICULUM VITAE-
-Del Instituto de Estudios Zamoranos “Florián de Ocampo”. (CSIC).
-Del Ateneo de Valladolid (Creación año-1872).
-Del Instituto de Estudios Gerundenses (CSIC).
-De la Real Sociedad Arqueológica Tarraconense (CSIC).
-Del Círculo Cultural Péndulo de Baza (UNESCO).
-Del Centro de Estudios Históricos de Granada y su Reino (CSIC).
-Del Centro de Estudios Benaventanos “Ledo del Pozo” (CSIC).
-Del Centro de Estudios Fenicios y Púnicos (CSIC).
-Del Centro de Estudios Históricos Jerezanos (CSIC).
-De la Asociación Cultural Héroes de Cavite (2024).
-Del Ateneo Jovellanos (Creación año-1953).
-De la Sociedad Española de Estudios Clásicos (CSIC).
-De la Sociedad Española de Estudios Medievales (CSIC).
-Del Instituto de Estudios Bercianos (CECEL/CSIC).
-De la Asociación Gaxarte, Luanco-Gozón.
-De la Asociación Cultural Proculto, Toro-Zamora.
-De la Asociación Cultural de Estudios Históricos de Galicia. La Coruña.
-De la Asociación Cultural Arte, Arqueología e Historia de Córdoba.
-De la Asociación Cultural Arte, Arqueología e Historia de Bujalance-Córdoba.
-Historiador -Colaborador de la Fundación Gustavo Bueno-Oviedo.
-Del Centro de Estudios Merindad de Tudela.
-Del Centro de Estudios Linarenses-Linares/Jaén.
-De la Asociación Cultural Placentina “Pedro de Trejo”-Plasencia/Cáceres.
-De la Asociación Cultural San Bartolomé de San Martín del Rey Aurelio-Sotrondio/Asturias.
-De la Asociación Cultural Rey Ordoño I-Villamejil/La Cepeda/León.
-De la Asociación de Amigos del Museo Marítimo de Asturias-Luanco.
-De la Asociación Cultural “Raíces Lacianiegas”-Villablino/León.
-Médico-Geriatra en Larrañaga/Domusvi
–Historiador-Diplomado en Estudios Avanzados de Historia Antigua y Medieval y Médico-Familia de Atención Primaria.
-Vicepresidente del I Concurso de Trabajos Cortos de Investigación en Historia de la Medicina en Asturias. Colegio de Médicos de Asturias.
-Médico-Valorador de Discapacidades y Daños Corporales del Colegio de Médicos de Asturias.
-458 Críticas Literarias/Ensayo en “Todo Literatura”. Madrid.
-49 Trabajos-Ensayos-Curriculares de Historia en “La Gaceta de Almería”.
-53 (2023) Trabajos publicados en Dialnet.
-35 (2023) Trabajos/Libros publicados en Regesta Imperii /Universidad de Maguncia/Mainz.
-243 Trabajos de HISTORIA publicados.
-41 Biografías de Músicos de Música-Académica/Culta publicadas.
-134 Conferencias impartidas sobre Historia.
-LIBROS PUBLICADOS-
1.-EL GRAN REY ALFONSO VIII DE CASTILLA, “EL DE LAS NAVAS DE TOLOSA”. Editorial Alderabán. 2012. Cuenca.
2.-BREVE HISTORIA DE FERNANDO “EL CATÓLICO”. Editorial Nowtilus. 2013. Madrid.
3.-EL REY ALFONSO X “EL SABIO” DE LEÓN Y DE CASTILLA. SU VIDA Y SU ÉPOCA. Editorial El Lobo Sapiens. 2017. León.
4.-EL REY ALFONSO VII “EL EMPERADOR” DE LEÓN. Editorial Cultural Norte. 2018. León.
5.-URRACA I DE LEÓN. PRIMERA REINA Y EMPERATRIZ DE EUROPA. Editorial El Lobo Sapiens. 2020. León.
6.-EL REY RAMIRO II “EL GRANDE” DE LEÓN. EL “INVICTO” DE SIMANCAS. Editorial Alderabán. 2021. Cuenca.
7.-LA BATALLA DE LAS NAVAS DE TOLOSA. UN MITO HISTÓRICO. Editorial Alderabán. 2023. Cuenca.
8.-RAMIRO III, REY DE LEÓN. SEÑORÍO DE MUJERES. Editorial Alderabán. 2024. Cuenca.
9.-HERNÁN CORTÉS. SU PERSONALIDAD Y SU CARÁCTER EN EL IMPERIO AZTECA. Editorial El Lobo Sapiens. 2024. León.
10.-LOS CARTAGINESES EN LA PENÍNSULA IBÉRICA. Editorial Alderabán. 2024. Cuenca.
11.-ORDOÑO IV “EL MALO”. REY DE LEÓN. LA PSICOLOGÍA EN LA EDAD MEDIA. Editorial El Lobo Sapiens. (León). Año-2024.