Los pasajeros del bus olieron un fuerte olor que parecía provenir de la mochila de un chaval de 21 años.
El horrible olor llamó la atención de los pasajeros, y luego uno de los pasajeros alertó al conductor del autobús.
El conductor del autobús hizo una señal luminosa cuando vio un vehículo de la guardia civil que circulaba de frente.
La policía interceptó el autobús y registró a todos los pasajeros.
Muchos estaban sorprendidos, sin saber lo que estaba pasando.
Uno de los guardias se sorprendió al abrir la mochila del joven de 21 años natural de Garrucha y encontró dos cabezas que llevaba el muchacho.
Al examinarlos de cerca, las autoridades descubrieron que se trataba de dos cabezas bien conocidas.
Una cabeza de ajo y una cabeza de cebolla.
