La crispación social está llegando a su cenit y no precisamente está siendo provocada por conflictos sociales sino, paradójicamente, por el principal partido político de la oposición y gobernante durante ocho años. Son muchísimas las personas sensatas que están en las filas del Partido Popular y que hacen llegar su descontento mediante la parsimonia y/o la militancia pasiva.
Ante el dislate en que el PP nos tiene sumidos ya se comienzan a escuchar voces señalando que el principal partido de la oposición pretende, junto a su apéndice política VOX que llaman a la resistencia activa, crear una situación social que provoque una intervención de fuerza que recondujera el actual estado de cosas con la aquiescencia del PP.
Que recuerde, la primera vez que se recibe el nombramiento de un ministro como se hizo con el de Justicia, que casi le requirieron al Presidente del Gobierno nombrara a uno de la confianza del PP, trasgrediendo de este modo los principios Constitucionales. Tampoco suele ser frecuente que un partido con aspiraciones de Gobierno acuda a una manifestación para protestar por una resolución judicial de un Alto Tribunal. Otra acción protestataria del PP fue la montada por el resultado del Referéndum del Estatuto de Andalucía. Y finalmente, como colofón, la utilización del terrorismo como arma política arrojadiza contra el adversario, columna vertebral de la acción opositora del Partido Popular durante estos cuatro años.
No me sorprende de esta postura nada, porque existen antecedentes. Recuérdense los dos años convulsos que vivió España tras la derrota electoral de Aznar contra Felipe González en 1993. Y tras esa etapa, que parece por parte del PSOE se consideró como algo coyuntural por la personalidad del ExPresidente Aznar por lo que se le eximió ingenuamente al PP de toda responsabilidad además de la situación interna que los socialistas vivieron tras la derrota electoral, se vivió en España una etapa de relativa serenidad política que no supo aprovechar Aznar por su soberbia y bravuconería que fue, a mi juicio, lo que le costó el Gobierno. Frente a esa acción bravucona que adoptó Aznar durante su segunda legislatura se encuentra la oposición mielosa y descafeinada que no muchos entendieron por parte de José Luis Rodríguez Zapatero. El PP, en quien se encarna la Derecha española, está sentando precedentes que podrían provocar alteraciones constitucionales como ha sido la sentencia judicial que le atribuyó el ejercicio de corrupción, motivo que condujo a Pedro Sánchez a la Presidencia del Gobierno.
Resulta difícil concebir que el principal partido de la oposición, erigido en alternativa de Gobierno, y que gobernó España durante casi 14 años, eligiera el terrorismo como eje de su acción política durante una legislatura. Si volviera a gobernar y el hoy partido gobernante hiciera lo propio posiblemente nos encontraríamos con que los españolit@s de a pie tendríamos que estar abocados a convivir con el mal.
Les aseguro a los responsables políticos del PP que somos much@s los español@s que estamos cansad@s de escuchar irresponsabilidades e insultos, de convivir en una sociedad crispada por ellos y de querer minar las lógicas y anhelantes esperanzas de poder vivir en paz alguna vez en nuestras vidas. Por eso l@s españolit@s de a pie pedimos a los dirigentes del PP, autocalificados populares, que contribuyan a la paz social y no erijan la convivencia de los españoles en su principal acción política.