El servicio postal en el Levante almeriense vive uno de sus peores momentos. Correos ha dejado sin cartero fijo en el turno de mañana a localidades clave como Cuevas del Almanzora, una zona con más de 55 kilómetros de recorrido, que incluye núcleos como Villaricos.
También Campohermoso, otra localidad que depende del reparto rural, se encuentra sin personal asignado. Las rutas allí son largas y complejas, con pueblos dispersos como Atochares, Pueblo Blanco o La Fuensanta, que necesitan una planificación estable y personal fijo para que los vecinos reciban su correspondencia a tiempo.
Mientras tanto, en Huércal-Overa, la solución de Correos ha sido contratar a empleados con un horario muy peculiar: de 12:30 a 20:00 horas. Es decir, casi todo el trabajo queda para la tarde, dificultando la conciliación familiar de los trabajadores… y dejando por la mañana sin apenas personal operativo.
¿El resultado? Un desmantelamiento del reparto matinal, que es el que tradicionalmente ha garantizado que las cartas, notificaciones y envíos lleguen a los pueblos más alejados.
La situación en Cuevas del Almanzora es especialmente grave: las carteras que tienen asignadas rutas fijas y oficinas abiertas al público han tenido que abandonar sus zonas habituales para cubrir otras que están sin nadie. Cada una de ellas está repartiendo hasta 4 secciones distintas, lo que es inasumible, peligroso y claramente injusto.
Pero el descontrol no acaba ahí. En Campohermoso, algunos trabajadores tienen un contrato por el cual usan su propio coche para repartir y, a cambio, Correos les paga el kilometraje. Sin embargo, se les está obligando a hacer una ruta extra que no consta en su contrato, y para eso la empresa les presta un coche de Correos. «O sea: se les paga por usar su coche, pero también se les da uno para que no gasten el suyo. Un sinsentido que demuestra una gestión ineficiente y sin lógica.
A todo esto se suma que ya no existe oficina auxiliar en San José, lo que obliga a los vecinos a desplazarse hasta San Isidro — para recoger envíos o hacer gestiones básicas
Y, sin embargo, cuando Correos busca jefes para organizar el reparto, exige que se gestione bien el personal, los vehículos, que se proteja el medio ambiente y que se asegure la calidad del servicio. Todo lo contrario de lo que
está ocurriendo aquí: improvisación, descontrol y un uso absurdo de los recursos públicos.
A esto se suma un problema que afecta directamente a los ciudadanos: las notificaciones oficiales no están llegando como deberían.
Como los paquetes los reparte el turno de tarde (que va desbordado), apenas hay tiempo para entregar notificaciones importantes, como las de Hacienda, del juzgado o del médico.
Por si fuera poco, el personal de la mañana no puede repartir notificaciones, ya que tienen orden de encargarse solo del segundo intento. Sin embargo, en algunos pueblos se está haciendo el primer intento por la tarde, saltándose las propias normas de la empresa.
Desde el sindicato SIPCTE, denunciamos que esto es ilegal, porque hay trabajadores que tienen asignadas rutas específicas y no se les puede cambiar de un día para otro. Tampoco se puede contratar a una persona para repartir en Vera y mandarla a repartir a Cuevas del Almanzora.
Hacemos un llamamiento a todos los partidos políticos de la comarca: esto no es solo un problema laboral, es la destrucción de un servicio público esencial. Correos recibe subvenciones para que todos los ciudadanos —vivan donde vivan— puedan recibir sus cartas y notificaciones al menos cinco días a la semana. Hoy eso no se está cumpliendo.
Correos parece cada vez más centrada en repartir paquetes de Amazon y se olvida de su deber como operador público. Desde este sindicato ya hemos denunciado muchas veces el pésimo servicio con las notificaciones, que además representan una fuente importante de ingresos para la propia empresa.
La Dirección de Zona Sur y los jefes responsables conocen perfectamente esta situación y no hacen nada para remediarla.
Desde SIPCTE, vamos a llevar estos hechos ante la Inspección de Trabajo, porque lo que está en juego no es solo la salud de los trabajadores de Correos, sino también el derecho de los ciudadanos a recibir su correo.
“Correos se está cargando el reparto en el Levante almeriense y deja sin cartas a quien no puede pagar un paquete. No se puede hablar de servicio público si no hay trabajadores para prestarlo” – Paco Sabio, responsable del sindicato SIPCTE.