La banda eslovaca Abborn, considerada una de las mejores réplicas del grupo sueco, hizo una reproducción muy atinada de casi una veintena de temas del legendario cuarteto
Más allá de los avatares personales posteriores, el legado musical de ABBA sigue siendo una gran joya con la que disfrutar de melodías vocales e instrumentales deliciosas, estribillos triunfantes y luminosos, intensidad en los dramas y un espíritu enérgico a la hora de tener que bailar. El poder de su repertorio sigue siendo imperecedero y si el encargado de revivirlo es el que es considerado “el mejor ABBA después de ABBA” por los medios internacionales y, además, le añaden un plus de instrumentación sinfónica, el resultado solo puede ser satisfactorio, como se vivió anoche en el Auditorio Municipal Maestro Padilla, en una cita enmarcada en la programación especial de Navidad coordinada por el Área de Cultura del Ayuntamiento de Almería.
El grupo eslovaco Abborn es el encargado de revivir con la mayor fidelidad posible la pasión por las canciones de ABBA y así lo hicieron anoche en Almería como llevan haciendo desde hace más de 25 años por escenarios de todo el mundo, en hasta 60 países. Empezaron además a lo grande, con ‘Waterloo’ y su grandilocuencia, a la que siguieron ‘Lay all your love on me’ con fantásticos arreglos de cuerda y viento metal que, hasta con nueve músicos, daban color y matices a cada canción.
‘Knowing me, knowing you’ hice de enlace para una deliciosa ‘Chiquitita’ –para la que se subió una pequeña niña al escenario-, la balada doliente ‘The winner takes it all’, la llamada de socorro de ‘S.O.S.’ o la intensa ‘As good as new’, completaron el bloque de inicio.
Con un público muy participativo y entregado a la causa, el grupo buscó en todo momento la interacción con coros, cánticos, palmas y alguna que otra broma. ‘Take a chance on me’ y el canto de gratitud recíproco de ‘Thank you for the music’ hicieron cruzar el ecuador antes de entrar en las machaconas ‘Money, money, money’, tan Minelli, o ‘Ring Ring’.
Antes de entrar en la esperada escalada final, Abborn sorprendería con un tema cantado por el guitarrista, ‘Does your mother know?’ y un fantástico solo de batería. Con la mecha prendida, el Auditorio se convirtió en una pista de baile setentera con ‘Voules-Vouz’, ‘Gimme! Gimme! Gimme!’ y ‘Super trouper’, para cerrar con las triunfantes ‘Mamma Mía’ –público en pie con el baile típico incluido’- y la belleza pomposa de ‘Dancing Queen’. Como bis, el rock and roll arquetípico de ‘So Long’, que puso las sonrisas finales a una noche de lo más disfrutona.
