María Eva Gonzalez |
A medida que el tiempo pasa y tomo conciencia de lo que sucede a mi alrededor, por ejemplo, lo rápido y efímero que es todo, analizo si es correcta mi visión y me desafío constantemente a pensar fuera de la caja.Es que suceden cosas por ejemplo con gente que conozco de hace muchos años, que una cree que siempre van a ser iguales y con su accionar te das cuenta que algo cambió y mal que me pese debo aceptarlo. Ya no somos los mismos que en los 80s por ejemplo, todo está en constante cambio y los ciclos de vida de cada cosa son cada vez más cortos…Nadie me enseño a adaptarme, ni a ser flexible ni a tener empatía, pero acá estamos poniendo el pecho a las balas que cada día caen más cerca. Creo que desde los 50 siento que ya nada es igual, entendí que nada es para siempre y empecé a obrar en consecuencia.Lo difícil no es lo propio, lo difícil es convivir con quienes aún no se han percatado de todo esto, viven como si fueran inmortales, les cuesta ver más allá de su realidad y sobre todo, cuesta más cuando hay mucha superficialidad, individualidad y egocentrismo.Acá me viene la típica frase que escuché desde chica, la gente no cambia… y encontré un artículo muy bueno para contribuir a un mundo mejor, de Daniel Colombo, muy interesante, sobre todo para ayudarme a mí en mi propio cambio.Las personas somos lo que somos según la época que vive, su circunstancia, su sentir o su biología, etc… nada es igual de un día para otro, y eso lo veo con mucha dificultad a diario.Yo ya no soy la … |
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