Francisco Lirola Martin
Como cada año, el 8 de Diciembre la Virgen Inmaculada ha vuelto a salir de su templo para recorrer las calles de Dalías en la tradicional procesión que se celebra en su honor en el día de su festividad. La imagen, portado con devoción por sus costaleras, ha protagonizado una jornada llena de fervor y emoción, acompañada de niños y niñas de catequesis, vecinas y devotos de la localidad.
Tras la celebración de la eucaristía, el pueblo se ha preparado para recibir a la Virgen, en un ambiente de recogimiento y alegría, mientras se ultimaban los preparativos para la salida de la imagen. Los fieles se han congregado en la iglesia para rendir homenaje a la Virgen Inmaculada, cuya devoción es uno de los pilares más queridos en la tradición religiosa de Dalías.
La imagen, cargada de historia y significado para los habitantes de la localidad, ha sido transportada por un grupo de mujeres, las costaleras, quienes han seguido la tradición de portar a la Virgen a hombros, herederas de las “Hijas de María”. Con gran respeto y destreza, estas mujeres han llevado en andas a la imagen por las calles, en un recorrido que ha emocionado a todos los presentes.
Además, la procesión, presidida por el párroco Raúl del Águila, ha contado con la presencia de un grupo de niños y niñas de catequesis, quienes, con unos globos celestes, han acompañado a la Virgen como parte de su formación religiosa. Para ellos, esta procesión ha sido una experiencia única que refuerza su fe y conexión con la comunidad.
A lo largo del recorrido, vecinos y devotos se han sumado al cortejo, mostrando su cariño y devoción por la Virgen Inmaculada, mientras cantaban y rezaban al unísono. La procesión ha sido un momento de unión para el pueblo de Dalías, que ha demostrado, una vez más, el profundo amor y respeto que sienten por la Virgen.
El paso de la Inmaculada por las principales calles de Dalías ha sido un espectáculo lleno de belleza, fe y tradición que finalizaba con la Imagen de nuevo en el templo, en un ambiente de recogimiento y fervor.
“La procesión de la Virgen Inmaculada no solo es un acto religioso, sino una manifestación de la identidad y el espíritu de Dalías, un pueblo que sigue cultivando sus tradiciones más profundas con orgullo y devoción”, manifestaba el alcalde Francisco Lirola a su finalización.