Esta pareja no pudo afrontar los créditos acumulados, en especial un préstamo hipotecario abusivo sacado en plena burbuja inmobiliaria.
Durante todo el proceso, han podido vivir en su casa sin pagar nada hasta cumplir su objetivo de entregarla a cambio del perdón del 100% de las deudas.
El proceso ha sido llevado íntegramente por la Asociación de Ayuda al Endeudamiento aplicando la Ley de la Segunda Oportunidad.
Cómo solventar una situación de crisis financiera
Tras años de lucha contra una situación económica insostenible, un matrimonio residente en la ciudad ha conseguido salir del ahogo financiero gracias a la aplicación de la Ley de Segunda Oportunidad. La pareja, que había acumulado deudas imposibles de afrontar, ha logrado la exoneración total de sus obligaciones tras la liquidación de su vivienda, abriendo así un nuevo capítulo en su vida.
Llegaron a acumular más de 161.000 euros en deudas, derivadas principalmente de préstamos personales y créditos acumulados durante una etapa de desempleo prolongado. Durante años intentaron cumplir con sus obligaciones financieras, pero la falta de ingresos estables les llevó a una espiral de endeudamiento.
Tal y como explica Pepe Domínguez, abogado de Ayuda Endeudamiento, “el importe del préstamo, frecuente en las operaciones firmadas en la época, supera con creces el valor real de la propiedad”. Además, prosigue Domínguez, “los altos intereses contratados y la caída de los precios de la vivienda dieron lugar a una situación de insolvencia de nuestros asociados, que intentaron en su día amistosamente la dación en pago”.
Estudiado el caso con minuciosidad, los letrados de la Asociación les aconsejaron comenzar el procedimiento de la Ley de la Segunda Oportunidad, procedimiento por aquel entonces casi desconocido en nuestro país.
Cómo se ha conseguido que puedan empezar de nuevo sin deudas
La estrategia a llevar estaba clara: liquidar la vivienda en concurso de acreedores a cambio de la cancelación, no solo del préstamo hipotecario, sino de toda la deuda pendiente. Además, con el inicio del procedimiento los deudores podían dejar de pagar sus préstamos y seguir disfrutando de su vivienda mientras durase el procedimiento.
El proceso tiene unos pasos marcados: se presenta la demanda de concurso en los Juzgados competentes solicitando la apertura de un “concurso de acreedores». En este punto, los deudores ponen a su disposición su vivienda para entregarla como única forma de pago. Al menos, para parte de la deuda pendiente.
Una vez gestionada esta fase, se procede a solicitar la deuda pendiente que no se ha satisfecho con la liquidación de la vivienda. En este caso, quedaban unos 110.000 euros pendientes todavía.
Finalmente, el juzgado dictó la sentencia de exoneración dejando sin efecto los 161.438,54 euros que debían los concursados. Desde ahora, los acreedores de los asociados no pueden reclamar nada más ni incluir a los ex-deudores en ficheros de moroso
Un matrimonio de Almería afectado por la crisis inmobiliaria consigue el perdón de 161.000 euros tras entregar su vivienda
